Evangelio según San Marcos 3,31-35.

Entonces llegaron su madre y sus hermanos y, quedándose afuera, lo mandaron llamar.
La multitud estaba sentada alrededor de Jesús, y le dijeron: "Tu madre y tus hermanos te buscan ahí afuera".
El les respondió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?".
Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban sentados alrededor de él, dijo: "Estos son mi madre y mis hermanos.
Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre".

Comentario del Evangelio

Evagrio Póntico (345-399), Monje en el desierto de Egipto
Capítulos sobre la oración 31-34 (Philocalie des Pères neptiques, DDB-Lattès); trad. sc©evangelizo.org

No reces por el cumplimiento de tu voluntad, ella no corresponde necesariamente a la voluntad de Dios. Más bien, siguiendo la enseñanza recibida, reza diciendo: “¡Qué tu voluntad se haga en mí!” (Mt 6,10). Así, pídele que se haga su voluntad en todo, ya que quiere el bien y lo útil para tu alma. Aunque tú no buscas siempre eso.

En mis oraciones, seguido, pedí que se cumpliera lo que yo estimaba bueno para mí. Me obstinaba en la demanda, violentando tontamente la voluntad de Dios, en vez de dejarlo que ordenase lo que él sabía que era útil para mí. Cuando recibía lo que yo había pedido, veía que el objeto de mi oración no era como me lo había figurado. Grande era entonces mi decepción por no haber querido que se cumpliera más bien la voluntad de Dios sino que se cumpliera de preferencia la mía.

¿Qué existe bueno, sino Dios? En consecuencia, abandonémosle todo lo que nos concierne y estaremos bien. Ya que siendo bueno, es proveedor de dones excelentes. No te aflijas si no recibes inmediatamente de Dios lo que pides. Es porque quiere hacerte mayor bien por tu perseverancia de permanecer con él en la oración. ¿Qué puede haber de más elevado que conversar con él y ser absorbido en su intimidad? (...) No quieras que lo que te concierne se solucione según tus ideas sino según el deseo de Dios. Entonces, no tendrás dificultades en tu oración y estarás lleno de reconocimiento.


    

Oración de la comunidad

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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