Segundo día de la novena
2.Infancia:
Era un niño rubio, rosado que se divertía jugando en el Castillo. Le gustaba ir al Templo y rezar mirando hacia el altar y también era muy dado a ayudar a los pobres. Sin duda había recibido del Espíritu Santo el don de la Magnificencia, que consiste en un gusto especial por dar, y dar con gran generosidad.
Como niño vivo e inquieto, que le gustaba curiosear por aquel inmenso Castillo donde vivía; parecía que tenía cien pulgas debajo de la ropa que no le dejaban estar quieto, por lo que su madre y la nodriza tenían que estar constantemente viendo que estaba haciendo.
Su madre le enseñaba el catecismo y le narraba bellos ejemplos religiosos. Y cuando el pequeño Francisco se encontraba con otros niños por el camino o en el prado, les repetía las enseñanzas y narraciones que había escuchado de labios de su madre. Sin advertirlo, se estaba entrenando para lo que sería su mas preciado trabajo: enseñar catecismo, pero enseñarlo bellamente a base de amenos ejemplos.
Hay un hecho en su infancia que denota mucho su celo por Dios pero también su inclinación a la ira, con la que lucharía por 19 años de su vida hasta dominarla. Se cuenta que un día un Calvinista fue a visitar el Castillo, Francisco se enteró y como no podía meterse en la sala a protestar, tomó un palo en las manos, y lleno de indignación se fue al corral de las gallinas, arremetiendo contra ellas y gritando: "Fuera los herejes: No queremos herejes". Las pobres gallinas salieron corriendo y gritando ante su atacante, y a tiempo llegaron los sirvientes para salvarlas. Este que ahora atacaba a las gallinas, después llegaría a tener un genio tan bondadoso y amable que no procedería con ira ni siquiera contra los más tremendos adversarios; ahora bien , esta bondad no nacía de él sino que fue una conquista, poco a poco, con la ayuda de Dios.
Su padre, Don Francisco, tenía temor de que su hijo fuera a crecer flojo de voluntad porque la madre lo quería muchísimo y podía hacerlo crecer algo consentido y mimado. Entonces le consiguió de profesor a un sacerdote muy rígido y muy exigente, el Padre Deage. Este sería su preceptor durante toda su vida de estudiante. Era un hombre tremendamente exacto en todo, pero demasiado perfeccionista en sus exigencias. Este preceptor lo ayudaría mucho en su formación pero le haría pasar muchos ratos amargos, por exigirle demasiado. Francisco no protestaría nunca y siempre fue agradecido a su profesor, pero tomó la resolución en el futuro de exigir menos detalles inoportunos y hacer más gratos los momentos a quienes él tuvo que dirigir.
A los 8 años entró en el Colegio de Annecy, y a los 10 años hizo su Primera Comunión junto con la Confirmación. Desde ese día se propuso no dejar pasar un día sin visitar a Jesús Sacramentado en el Templo o en la Capilla del colegio. El que más tarde sería el gran promotor del culto solemne a la Eucaristía, fue preparado muy cuidadosamente por la madre y por su Sacerdote preceptor para recibir por primera vez a Jesús Sacramentado. Guiado por su madre trazó unos propósitos como recuerdo de su Primera Comunión:
1) Cada mañana y cada noche rezaría algunas oraciones.
2) Cuando pasase frente a una Iglesia entraría a visitar a Jesús Sacramentado, si no hay una razón grave que me lo impida.
3) Siempre y en toda ocasión que me sea posible ayudaría a las gentes más pobres y necesitadas.
4) Leería libros buenos, especialmente Vidas de Santos.
Durante toda su vida procuró ser enteramente fiel a estos propósitos.
Un año más tarde en la misma Iglesia de Santo Domingo (actualmente San Mauricio), recibió la tonsura.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS para pedir por nuestras intenciones:
Glorioso San Francisco de Sales,
vuestro nombre porta la dulzura del corazón mas afligido;
vuestras obras destilan la selecta miel de la piedad;
vuestra vida fue un continuo holocausto de amor perfecto
lleno del verdadero gusto por las cosas espirituales,
y del generoso abandono en la amorosa divina voluntad.
Enséñame la humildad interior,
la dulzura de nuestro exterior,
y la imitación de todas las virtudes que has sabido copiar
de los Corazones de Jesús y de María. Amén
A continuación, le damos a la pestaña “ORO” de HOZANA y ofrecemos Las letanías de San Francisco de Sales, para que interceda el santo por las vocaciones y para la perseverancia de los seminaristas, sacerdotes, oblatos y adoratrices del I.C.R.S.S.
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6