Queremos Paz. Queremos algo que no conocemos.

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La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.

El evangelio de San Juan inicia describiendo a Cristo antes del inicio de todo cuanto existe y cuánto conocemos. En otras palabras nos revela la verdadera escencia de todo: Cristo; sin embargo el mundo aún cuando hecho por El, aún cuando visitado por El, aún cuando caminó con El, no le identificó.

En un día como hoy, cuando el calendario humano termina un ciclo más para volver a iniciarse, la mayoría de las personas se reúnen con sus familias para festejar y "desearse un feliz año nuevo lleno de paz y amor", pero: ¿Qué creen que es esa paz y ese amor? Mejores trabajos, más dinero, salud física, algunos bienes materiales más...

El hombre y la humanidad en general viven la continúa búsqueda de la paz, pero a su manera; la buscan en las conquistas, la justifican con las guerras, la representan con una paloma, siempre dicen estar a punto de conseguirla, pero nunca han podido.

Esto es lógico, pues nunca la han conocido aquellos que nunca han reconocido a Cristo. La paz que tanto se desean y anhelan un día como hoy, no es externa a nosotros, no es algo que podamos comprar o siquiera intentar obtener como cualquier otra cosa que en el mundo se pueda obtener. La verdadera paz nació en un pesebre, se mostró al mundo, se enseñó al mundo, fue crucificado por el mundo y prometió regresar al mundo. Pero el mundo tristemente no entendió. Crucificaron a la paz en busca de la paz. Mataron al cordero para soñar con una paloma.

Si deseas que alguien conozca la verdadera paz, esa que sobrepasa todo entendimiento, esa que puede existir en nosotros aunque todo alrededor se esté derrumbando, entonces debes desearle a ese alguien que Cristo sea el centro de su vida, debes mostrarle esa fuente inagotable de vida eterna.

Debes ser tú, quien le ofrezca de beber el agua que cesa toda sed por la eternidad. Irónicamente los cristianos aún a pesar de saber qué solo en Cristo tenemos paz, seguimos enseñando a otros a buscarla en otra parte.

Hoy debes preguntarte: ¿En verdad le he conocido, o simplemente he oído de El?

Que este nuevo ciclo del calendario tenga como propósito aquellas palabras de Jon: "De oídas te había oído, más ahora mis ojos te ven"

Que en este 2020 conozcas a Cristo y entonces la paz viva en ti.

Oración de la comunidad

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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