LAUDES II SEMANA ADVIENTO MIÉRCOLES

Ciclo C – Año 1 – Semana II Adviento Miércoles


LAUDES (Oración de la Mañana)


V. Señor, abre mis labios

R. Y mi boca proclamará tu alabanza.


Gloria… Amén.


Esta invocación inicial se omite cuando los Laudes empiezan con el Invitatorio (Salmo 94).


HIMNO


Ven, Señor, no tardes,

ven, que te esperamos;

ven, Señor, no tardes,

ven pronto, Señor.


El mundo muere de frío,

el alma perdió el calor,

los hombres no son hermanos

porque han matado al Amor.


Envuelto en noches sombrías,

gime el mundo de pavor;

va en busca de una esperanza,

buscando tu fe, Señor.


Al mundo le falta vida

y le falta corazón;

le falta cielo en la tierra,

si no lo riega tu amor.


Roma el cielo su silencio,

baje el rocío a la flor,

ven, Señor, no tardes tanto,

ven, Señor. Amén.


SALMODIA

Ant. 1 Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es tan grande como nuestro Dios?


Salmo 76 MEDITACIÓN SOBRE EL PASADO DE ISRAEL

Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan (2 Co 4,8)


Alzo mi voz a Dios gritando,

alzo mi voz a Dios para que me oiga.


En mi angustia te busco, Señor mío;

de noche extiendo las manos sin descanso,

y mi alma rehúsa el consuelo.

Cuando me acuerdo de Dios, gimo,

y meditando me siento desfallecer.


Sujetas los párpados de mis ojos,

y la agitación no me deja hablar.

Repaso los días antiguos,

recuerdo los años remotos;

de noche lo pienso en mis adentros,

y meditando me pregunto:


“Es que el Señor nos rechaza para siempre

y ya no volverá a favorecernos?

¿Se ha agotado ya su misericordia,

se ha terminado para siempre su promesa?

¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,

o la cólera cierra sus entrañas?”


Y me digo: “¡Qué pena la mía!

¡Se ha cambiado la diestra, del Altísimo!”

´Recuerdo las proezas del Señor;

sí, recuerdo tus antiguos portentos,

medito todas tus obras

y considero tus hazañas.


Dios mío, tus caminos son santos:

¿qué dios es grande como nuestro Dios?


Tú, oh Dios, haciendo maravillas,

mostraste tu poder a los pueblos;

con tu brazo rescataste a tu pueblo,

a los hijos de Jacob y de José.


Te vio el mar, oh Dios,

te vio el mar y tembló,

las olas se estremecieron.


Las nubes descargaban sus aguas,

retumbaban los nubarrones,

tus saetas zigzagueaban.


Rodaba el estruendo de tu trueno,

los relámpagos deslumbraban el orbe,

la tierra retembló estremecida.


Tú te abriste camino por las aguas,

un vado por las aguas cautelosas,

y no quedaba rastro de tus huellas:


Mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,

por la mano de Moisés y de Aarón.


Gloria… Amén.


Ant. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es tan grande como nuestro Dios?


Ant. 2 Mi corazón se regocija por el Señor, que humilla y enaltece.


Cántico 1 S 2,1-10 Alegría de los humildes en Dios

Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes (Lc 1,52-53)


Mi corazón se regocija por el Señor,

mi poder se exalta por Dios;

mi boca se ríe de mis enemigos,

porque gozo con tu salvación.

No hay santo como el Señor,

no hay roca como nuestro Dios.


No multipliquéis discursos altivos,

no echéis por la boca arrogancias,

porque el Señor es un Dios que sabe;

Él es quien pesa las acciones.


Se rompen los arcos de los valientes,

mientras los cobardes se ciñen de valor;

los hartos se contratan por el pan,

mientras los hambrientos engordan;

la mujer estéril da a luz siete hijos,

mientras la madre de muchos queda baldía.


El Señor da la muerte y la vida,

hunde en el abismo y levanta:

da la pobreza y la riqueza,

humilla y enaltece.


Él levanta del polvo al desvalido,

alza de la basura al pobre,

para hacer que se siente entre príncipes

y que herede un trono de gloria;

pues del Señor son los pilares de la tierra,

y sobre ellos afianzó el orbe.


 Él guarda los pasos de sus amigos,

mientras los malvados perecen en las tinieblas,

porque el hombre no triunfa por su fuerza.


El Señor desbarata a sus contrarios,

el Altísimo truena desde el cielo,

el Señor juzga hasta el confín de la tierra.

Él da fuerza a su Rey,

exalta el poder de su Ungido.


Gloria… Amén.


Ant. Mi corazón se regocija por el Señor, que humilla y enaltece.


Ant. 3 El Señor reina, la tierra goza


Salmo 96 YAHVÉ TRIUNFANTE

Este salmo canta la salvación del mundo y la conversión de todos los pueblos (S. Atanasio)


El Señor reina, la tierra goza,

se alegran las islas innumerables.

Tiniebla y nube lo rodean,

justicia y derecho sostienen su trono.


Delante de Él avanza fuego,

abrasando en torno a los enemigos:

sus relámpagos deslumbran el orbe,

y, viéndolos, la tierra se estremece.


Los montes se derriten como cera

ante el dueño de toda la tierra;

los cielos pregonan su justicia,

y todos los pueblos contemplan su gloria.


Los que adoran estatuas se sonrojan,

los que ponen su orgullo en los ídolos;

ante Él se postran todos los dioses.


Lo oye Sión, y se alegra,

se regocijan las ciudades de Judá

por tus sentencias, Señor;


porque Tú eres, Señor,

Altísimo sobre toda la tierra,

encumbrado sobre los dioses.


El Señor ama al que aborrece el mal,

protege la vida de sus fieles

y los libra de los malvados.


Amanece la luz para el justo,

y la alegría para los rectos de corazón.

Alegraos, justos, con el Señor,

celebrad su santo nombre.


Gloria ... Amén.


Ant. El Señor reina, la tierra goza.


LECTURA BREVE Is 7,14b-15

Mirad: la Virgen ha concebido y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel: “Dios-con-nosotros”. Éste comerá requesón y miel, hasta que aprenda a rechazar el mal y a escoger el bien.


RESPONSORIO BREVE

V. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.

R. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.

V. Su gloria aparecerá sobre ti.

R. Amanecerá el Señor.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.


CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Se sentará en el trono de David para siempre y su reino no tendrá fin. Aleluya.


Benedictus Lc 1, 68-79 El Mesías y su Precursor


Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

porque ha visitado y redimido a su pueblo,

suscitándonos una fuerza de salvación

en la casa de David, su siervo,

según lo había predicho desde antiguo

por boca de sus santos profetas.


Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos

y de la mano de todos los que nos odian;

realizando la misericordia

que tuvo con nuestros padres,

recordando su santa alianza

y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.


Para concedernos que, libres de temor,

arrancados de la mano de los enemigos,

le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días.


Ya ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,

porque irás delante del Señor

a preparar sus caminos,

anunciando a su pueblo la salvación,

el perdón de sus pecados.


Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,

nos visitará el sol que nace de lo alto,

para iluminar a los que viven en tinieblas

y en sombra de muerte,

para guiar nuestros pasos

por el camino de la paz.


Gloria... Amén.


Ant. Se sentará en el trono de David para siempre y su reino no tendrá fin. Aleluya.


PRECES

Oremos , hermanos, a nuestro Señor Jesucristo, que en su misericordia nos visita, y digámosle con insistecia:

Ven, Señor Jesús.


Tú que viniste del seno del Padre para revestirte de nuestra carne mortal, libra de toda corrupción a nuesra naturaleza caída.


Tú que cuando vengas al final de los tiempos aparecerás glorioso ante tus elegidos, al venir ahora muéstrate clemente y compasivo con los pecadores.


Nuestra gloria, oh Cristo, es alabarte; visítanos, pues, con tu salvación.


Tú que por la fe nos ha llevado a la luz, haz que te agrademos también con nuestras obras.


Se pueden añadir algunas intenciones libres


Pidamos que el reino de Dios llegue a todos los hombres:


Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.


ORACIÓN

Dios todopoderoso, que nos has mandado preparar el camino para la venida de Cristo, no permitas que desfallezcamos por nuestras debilidades los que esperamos la llegada consoladora del medio celestial. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.



Oración de la comunidad

Credo

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su Único hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos. subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

¡Gracias! 25 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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HABLANDO A DIOS CON SU PALABRA, Liturgia de las Horas

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