Día 8. Comboni y la oración vivida
Comboni es sensible al hecho de que la oración no esté separada de la vida de fe, de esperanza y de caridad. Lo escribe en la Regla de 1871:
Para discernir si es veraz o superficial, la piedad se mide con el provecho de la mortificación interior y especialmente en las virtudes fundamentales de la vida interior y exterior, la humildad y la obediencia.
¿Para qué sirve una intensa piedad que se conjuga con una vida incoherente y carente de amor y piedad por los demás? Subrayando la importancia de la confianza en Dios, escribe:
La poca confianza en Dios es común en casi todas las almas buenas e incluso en las de mucha oración, que tienen mucha confianza en Dios sobre los labios y las palabras, pero poca o ninguna cuando Dios les manda pruebas, y quizá les hace faltar lo que desean… luego rezad y tened fe; rezad no con las palabras, sino con el fuego de la fe y de la caridad. Así se plantó la obra africana.
Por intercesión de San Daniel Comboni, oremos por que seamos coherentes, para que nuestra oración no sea hueca, sino que se verifique con nuestro testimonio de vida.
Padre Nuestro
Ave María
Gloria
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6