REFLEXIÓN DEL DÍA: EL PROFETA EN SU TIERRA.

Hoy hermanos y hermanas el evangelio nos invita a reflexionar sobre dos puntos importantes. 

El primero es, escuchamos a Jesús cuando nos habla en nuestras vidas y nuestro interior, o mediante nuestros hermanos de comunidad? O somos como aquellos vecinos, que se maravillaban solo de palabra pero no pudieron escuchar realmente a Jesús?

El segundo punto, es el de la misión evangelizadora que todos tenemos como cristianos. Cuan difícil se hace a veces hablar de Dios con otros? Cuando difícil se hace vivir la palabra en nuestros entornos?

Más aún nos cuesta en nuestro entorno, dentro del movimiento, en la parroquia, con hermanos que necesitan pero están imposibilitados de escuchar.

Surge la pregunta de ¿Tengo que hablarles si no escuchan? 

La respuesta la tenemos en la libertad interior de la que hablaba el Padre Kentenich, donde nos pide que seamos libres de decir sí o no, de escuchar o no, de ir o no ir... Dios nos da esa libertad y todos podemos tomarla, podré la decidir seguir hablando o callar, pero si elegimos hablar igual debemos saber que tenemos que hacer con paz y bien, sin caer en enojos, el hablar de Dios debe hacernos felices siempre.

Y también Jesús en su camino siempre nos dejó en claro "el que quiera oir que oiga" ya que no todos pueden entender en el momento que le hablamos y cada quien tiene su momento.

Les dejo la reflexión, para que pensemos cuanto hablamos de Dios? A quienes? Estamos viviendo la palabra, hablamos mediante nuestra vida? Respetamos los tiempos de Dios en nuestros hermanos? O intentamos meter a presión lo que queremos?

Que tengan un hermoso lunes, a prepararse para la semana y que nuestra Madre, quien siempre nos acompaña, camine con nosotros de la mano y el espíritu santo los utilice como instrumentos de evangelización. 



Oración de la comunidad

Oración de Consagración

Oh señora mía, oh Madre mía Yo me ofrezco todo a ti Y en prueba de mi filial afecto Te consagro en este día Mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón En una palabra, todo mi ser Ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad Guárdame, defiendeme y utilizame, Cómo instrumento y posesión tuya. Amén

¡Gracias! 9 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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