2º Día: Novena Nuestra Señora de Schoenstatt
NOVENA EN HONOR
DE LA MADRE REINA Y VICTORIOSA
TRES VECES ADMIRABLE
DE SCHOENSTATT
Tienes un problema muy grande y por lo tanto has decidido
acudir a nuestra Madre, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable
de Schoenstatt a través de una novena. Tal vez ya te hayas
arrodillado alguna vez en el santuario o ermita de Schoenstatt,
o habrás hecho una peregrinación a este lugar el día 18 de
algún mes. Ese día se celebra en Schoenstatt el “Día de Alianza”,
el día en que renovamos la alianza de amor hecha por la
generación fundadora de Schoenstatt con la Madre de Dios.
En el día de la alianza verás escritas en el frente del altar estas
palabras:
NADA SIN TI
(Madre, Reina y Victoriosa
Tres Veces Admirable de Schoenstatt)
NADA SIN NOSOTROS
Segundo día: RESPUESTA DE MARÍA AL MENSAJE DEL ANGEL
"He aquí a la sierva del Señor, hágase en mi según tu palabra”(Lucas 1, 37-38)
¿Acaso fue fácil para María dar esa respuesta?¿O acaso respondió precipitadamente, casualmenteo sin reflexionar como nosotros lo hacemos cuando rezamos el Ángelus?María indudablemente estaba atemorizada ante lo que vio y oyó; atemorizada por el ángel, atemorizada seguramente antela tarea sin precedente que Dios le asignaba, puesto que Ellatan sólo deseaba permanecer virgen y ahora esto sería diferente.Pero no había mucho tiempo para reflexionar. La decisión teníaque ser rápida. El ángel permaneció allí esperando la respuestaque determinaría los futuros planes divinos. Era la respuestade la que dependía la redención de todo el mundo. Maríanunca se revistió de falsa humildad pretendiendo no poderhacerlo. Nunca luchó con el ángel como lo hizo Moisés cuandoel Señor le ordenó ir ante el faraón y realizar actos milagrosospara que éste permitiera partir a los hijos de Israel. Moisés,titubeante, respondió: “Yo soy torpe para expresarme,permite que Aarón hable por mí” (Éxodo 4, 10).María Santísima actuó de otra manera. Cuando el ángel lereveló que Ella podía llegar a ser Madre de Dios sin perder suvirginidad, María no titubeó ni por un momento. Con unasimplicidad de niño y depositando en el Padre toda su confianza,pronunció estas palabras: “He aquí la sierva del Señor,hágase en mí según tu palabra” (Lucas 1, 37-38).Ahora dime, ¿cuál es tu respuesta ante el dolor que te agobia?¿Cómo vas a contestar al mensaje de tu Padre Celestial?Seguramente estarás pensando: ¿Cómo voy a poder contestarpositivamente a las injusticias, a perder mi honor, mi hogar ymis posesiones? ¿Acaso hay quien pueda aceptar fácilmentela pérdida de sus seres queridos, o el tormento de algunaenfermedad que amenaza su propia existencia?¡Piénsalo detenidamente! Tu dolor, por profundo que sea, lopermite el amor paternal de Dios. Su mirada está continuamentepuesta en ti. Él tan sólo te desea el bien. Quiere que te acerquesa Él. ¡Esto lo debes creer con todo tu corazón!Aún cuando Él permite que vivas con una carga moral seria yhumillante, lo hace para tu beneficio. Recuerda que, como dijoSan Pablo: “Todas las cosas cooperan para el bien delos que aman a Dios” (Romanos 8, 28). Todo lo quenecesitas es admitir con humildad tu miseria y elevarincesantemente tu corazón con tus plegarias a Él. Ofréceletoda tu voluntad y haz el propósito de aceptar, cuando menosel día de hoy, esa pesada cruz que cargas sobre tus hombros.Dios es Padre, Dios es bueno.Bueno es todo lo que Él hace.Cuando todo parezca sin sentido o sin razón, repite conhumildad, junto con María: “He aquí la sierva del señor,hágase en mí según tu palabra” (Lucas 1, 37-38). ¡Sí Padre Celestial, hágase siempre tu voluntad, ya sea que me traiga dolor, pena o alegría!
PlegariaMadre Santísima, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable deSchoenstatt, obtén para mí la gracia de pronunciar un sincero,humilde y resignado “sí” en mi gran sufrimiento.Enséñame a inclinar la cabeza bajo la mano de Dios, conscientede las palabras:Confía en el Señorcomo tu Madre Celestial te enseña,cuanto más confíes en el Señor,Él será más bondadoso contigo. Amén.
EjercicioHoy pronuncia un “sí” de corazón a todo acontecimientoimprevisto que te suceda.
el día de hoy, esa pesada cruz que cargas sobre tus hombros.
Dios es Padre, Dios es bueno.
Bueno es todo lo que Él hace.
Cuando todo parezca sin sentido o sin razón, repite con
humildad, junto con María: “He aquí la sierva del señor,
hágase en mí según tu palabra” (Lucas 1, 37-38).
¡Sí Padre Celestial, hágase siempre tu voluntad,
ya sea que me traiga dolor, pena o alegría!
Plegaria
Madre Santísima, Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de
Schoenstatt, obtén para mí la gracia de pronunciar un sincero,
humilde y resignado “sí” en mi gran sufrimiento.
Enséñame a inclinar la cabeza bajo la mano de Dios, consciente
de las palabras:
Confía en el Señor
como tu Madre Celestial te enseña,
cuanto más confíes en el Señor,
Él será más bondadoso contigo. Amén.
Ejercicio
Hoy pronuncia un “sí” de corazón a todo acontecimiento
imprevisto que te suceda.
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6