DÍA CUARTO: La Humildad de Santa Teresa de Jesús

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+Señal de la Cruz...

Acto de Contrición

BREVE MEDITACIÓN

«... Dispersó a los que se engríen con los pensamientos de su corazón.» (Lc I, 51).

¿Al hablar de la Virgen Seráfica, Doctora Mística, Maestra de Oración y, bajo cuyo patronazgo tenemos al Instituto en Madrid, sobre qué otra virtud podríamos meditar? No porque nuestra Santa tuviera pocas, pues, Dios la colmó de virtudes; sino porque, siendo esta Santa quién es, merece que hablemos, usando sus escritos, de la virtud que es la base de todo el edificio de la vida espiritual: la Humildad. No por ser la primera, ni la más importante, pues se comienza con la Fe, y la Caridad es la mayor de todas; pero la Humildad sostiene a todas, y guarda de la raíz de todos los vicios y primero de todos los pecados: la Soberbia.




Dios se complació en juntar en el corazón de Santa Teresa tantos tesoros de gracias, porque la encontró muy humilde; y de sí misma refiere que las mayores gracias con que la enriqueció el Señor las recibió en el momento mismo en que se estaba humillando delante de Dios.

Fué, en efecto, tan humilde nuestra Santa, que, aunque el Señor la trataba como a su esposa predilecta, ella, sin embargo, no trataba con el Señor sino como si hubiese sido una esposa ingrata e infiel.

Pero, ¿por qué a Dios le agrada tanto la Humildad?

"Una vez estaba yo considerando por qué razón era nuestro Señor tan amigo de esta virtud de la humildad, y púsoseme delante a mi parecer sin considerarlo, sino de presto esto: que es porque Dios es Suma Verdad, y la humildad es andar en verdad, que lo es muy grande no tener cosa buena de nosotros, sino la miseria y ser nada; y quien esto no entiende, anda en mentira. A quien más lo entienda agrada más a la Suma Verdad, porque anda en ella. Plega a Dios, hermanas, nos haga merced de no salir jamás de este propio conocimiento, Amén."

(Moradas Sextas, c. VI, 7).

Si queremos avanzar en la vida espiritual, necesitamos tener humildad.

Quiere Su Majestad y es amigo de ánimas animosas, como vayan con humildad y ninguna confianza de sí. Y no he visto a ninguna de éstas que quede baja en este camino; ni ninguna alma cobarde, con amparo de humildad, que en muchos años ande lo que estotros en muy pocos.

(Vida, c. XIII, 2).


Parezcámonos, hijas mías, en algo a la gran humildad de la Virgen Sacratísima, cuyo hábito traemos, que es confusión nombrarnos monjas suyas; que por mucho que nos parezca nos humillamos, quedamos bien cortas para ser hijas de tal Madre y esposas de tal Esposo.

(Camino de Perfección, c. XIII)


Roguemos a la Santísima Virgen, la más humilde de todas la creaturas, que nos conceda una chispa de la humildad de su muy amada hija, Santa Teresa.

ORACIÓN A LA BEATÍSIMA VIRGEN DEL MONTE CARMELO

¡Oh piadosísima Virgen! Vos, que nueve siglos antes de existir fuisteis vista en profecía por el Siervo de Dios nuestro Padre San Elías, y venerada por sus hijos allá en el Carmelo. Vos, que en carne mortal os dignasteis visitarles y les dispensasteis celestiales consuelos. Vos, que vigiláis siempre por la virtuosa familia que tuvo por Superior a vuestro estimado hijo San Simón Stock, por padres y reformadores a la Seráfica Virgen y Mística Doctora Santa Teresa de Jesús y al Esclarecido y Extático San Juan de la Cruz, así como por una de sus dignísimas hijas a la ejemplar Esposa de Jesucristo Santa María Magdalena de Pazzi, vuestra devotísima sierva. Vos, que engalanasteis a dicha Orden con la estimable prenda del Santo Escapulario, y, en fin, Vos, que de tantas maneras habéis demostrado vuestro cariñoso amor a los carmelitas y sus allegados, recibid benévola mi corazón ardiente de fervoroso entusiasmo hacia la más pura de las criaturas y la más candorosa de las madres. No permitáis, Señora, que el león rugiente asuste mi espíritu en el camino de la perfección, y haced que logre arribar a salvamento en la gloria, como lo habéis alcanzado de vuestro Divino Jesús para los que, invocándoos con fe e imitando vuestras virtudes, murieron píamente con vuestra enseña. Amén.

Ave María (3 veces)


Oración de la comunidad

Ave María

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

¡Gracias! 32 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL MONTE CARMELO

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