Día 1 - Junio 27, 2019: Madre del Perpetuo Socorro, Madre de Dios

Oración para todos los días 

¡Oh, qué consuelo, qué dulzura, qué confianza, qué ternura siente todo mi ser con sólo repetir tu nombre y pensar en ti, Madre Mía! 

María dulcísima, María de los pequeños y olvidados, haz que tu nombre sea de hoy en adelante el aliento de mi vida. Cada vez que te llame, Madre mía, apresúrate a socorrerme, pues, en todas mi tentaciones, y en todas mis necesidades propongo no dejar de invocarte diciendo y repitiendo: ¡María, María, Madre Mía!

Bendigo y doy gracias a Dios que te ha dado para nuestro bien ese nombre tan dulce, tan amable y bello. ¡Oh, Madre del Perpetuo Socorro! concédeme la gracia de que pueda siempre invocar tu bellísimo nombre ya que él es el Socorro del que vive y Esperanza del que muere, 

¡Amén!


Oración para el Día Primero

Observemos en la imagen, que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, cuando el Niño Jesús estrecha su mano en vez de volver sus miradas a Él, las vuelve hacia nosotros. Sin duda así quiere mostrarnos su ardiente deseo para que acudamos a Ella. Con esta tierna y amorosa mirada nos está diciendo a todos: "Yo soy Madre de Dios, pero también soy Madre vuestra"

¿Qué mayor deseo puede tener una madre que el de ayudar y socorrer a sus hijos? Vengan, pues, hijos míos, a mi. Acudan a mi en todas sus necesidades y miserias; en sus penas, en sus desfallecimientos, en sus dudas; y si alguna vez llegaren, por desgracia, a caer, después de su caída vuelvan a mí: "yo soy la Madre del Perpetuo Socorro; yo los consolare, yo los confirmare, los defenderé, y los conduciré a nuestro bienaventurado Hogar Celestial".


Meditación del Primer día - 27 de junio

¡Madre del Perpetuo Socorro, Madre de Dios!

Tu Santa Imagen, ¡oh, Madre del Perpetuo Socorro! me indica que Tú eres la Madre de Dios. Ese Niño que descansa en Tus Brazos y que te llama con inefable cariño Madre, es Dios, el Hijo de Dios, Tu Verdadero Hijo

… así lo declaran esas letras misteriosas que están en la imagen, al lado de las mejillas del Divino Infante.

... te lo anunció el Arcángel San Gabriel cuando te saludó: "Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo, bendita tú entre las mujeres"

... por primera vez lo observaste, cuando en el pesebre de Belén surgió de tus Purísimas Entrañas como un rayo de la Divinidad. 

… tuviste la inefable dicha de tenerlo entre tus brazos y vivir toda tu vida en Su compañía. Ni siquiera en la cruz Él quiso que te apartaras de su lado.

¡Madre de Dios! A cada hora, a cada instante, en toda circunstancia y por todos los siglos, la Santa Iglesia cae rendida ante ti y proclama ese título excelso que es la base de todas tus grandezas y el fundamento de todos tus privilegios: ¡Santa María, Madre de Dios! ruega por nosotros.

Madre de Dios, ¿puedo yo una ruin y pecadora criatura de este mundo, presentarme ante tu grandeza? Las puertas de los palacios reales y de los poderosos están cerradas para los mendigos…, sin embargo para todos nosotros los pecadores, están abiertas de par en par las puertas de tu hogar, María. Y cuanto más pecadores y desgraciados somos. con más piedad y ternura nos recibes.

Por eso, ¡oh Madre del Perpetuo Socorro! de la tierra vengo y sin más títulos que mis miserias me atrevo a presentarme ante Tu regazo maternal… te presento, escrito con lágrimas y sangre, el memorial de todas mis amarguras. 

¡Oh Madre mía, Virgen del Perpetuo Socorro de todos los que sufren y de todos los que lloran! Permíteme recostar mi abatida frente sobre Tu Corazón de Madre. Permíteme presentarte mis penas y exponerte mis deseos, porque sólo Tú eres mi esperanza cuando la tristeza y la desesperanza me agobian.

Fíjate, Señora y Madre mía, sólo me quedas Tú.

Madre de Dios, Señora y Madre mía, ten piedad de mí…. Estoy condenado al dolor, al hambre, al trabajo y a las garras de las injusticias humanas.


Meditemos recitando:

- tres (3) « Avemarías » en honor de la Virgen

- dos (2) « Glorias » en honor de San Alfonso María de Ligorio


Nuestra Señora del Perpetuo Socorro ¡ruega por mí!

Adorado San Alfonso, inspírame el recurrir a María ¡en todas mis necesidades!


Oración Final

¡Oh Salvador mío, Jesucristo! Al contemplarte en brazos de tu Madre, veo que en medio de tu santo temor te proteges en su regazo y me invitas a imitarte, recurriendo yo también a quien es también mi Perpetuo Socorro. Quiero, pues, entregarme a Ella sin restricción alguna. 

¡Oh María! Dios ha querido honrarte, proporcionando al culto de tu imagen su virtud milagrosa. 

¡Oh! Madre del Perpetuo Socorro, me gusta venir y orar ante tu imagen milagrosa! Tu imagen despierta en mí los más esperanzadores sentimientos de filial confianza hacia ti.

Tu tienes en tus brazos a Jesús, mi Dios y Salvador. Él es el Todopoderoso, el dueño absoluto de la vida y la muerte, el Dador Soberano de todo bien y toda gracia. Y tú, que eres Su Madre, tienes todo el derecho a pedirle y ser escuchada. Bien sabemos que aunque somos pecadores por tu intercesión Jesús no nos niega nada.

Transmíteme ¡oh, Madre del Perpetuo Socorro! confianza ilimitada en tu infinita y poderosa bondad

¡Amén!



¡Oh, Madre, Madre del Perpetuo Socorro, ruega por mí! ¡Seas amada, seas alabada, seas invocada, seas eternamente bendita. ¡Oh, Virgen del Perpetuo Socorro! mi esperanza, mi amor, mi Madre, mi refugio y mi vida. 



Oración de la comunidad

Madre del Perpetuo Socorro

¡Santísima Virgen María, que para inspirarme confianza quisiste llamarte Madre del Perpetuo Socorro! Te suplico me socorras en todo tiempo y en todo lugar; en mis tentaciones, después de mis caídas, en mis dificultades, en todas las miserias de la vida y, sobre todo, en el trance de la muerte. Concédeme, ¡oh amorosa Madre!, el pensamiento y la costumbre de recurrir siempre a Tí; porque estoy cierto de que, si soy fiel en invocarte, Tú seras fiel en socorrerme. Alcanzame, pues, la gracia de acudir a Ti sin cesar con la confianza de un hijo, a fin de obtener tu Perpetuo Socorro y la perseverancia final. Bendíceme y ruega por mí ahora y en la hora de mi muerte. ¡Así sea! ¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Ruega a Jesús por mí, y salvame. ¡Amén!

¡Gracias! 85 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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2019 - Novena a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

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