Debemos estar llenos de celo por la gloria de Dios
Lunes 24 de junio de 2019
"Dios se deleita en obrar sobre la nada; sobre los abismos de la nada levanta Él las creaciones de su poder. Debemos estar llenos de celo por la gloria de Dios, y, al mismo tiempo, convencidos de nuestra incapacidad para promoverla. Hundámonos en el abismo de nuestra nada y cobijémonos a la sombra abismal de nuestra bajeza; y esperemos tranquilos hasta que el Todopoderoso tenga a bien tomar nuestros esfuerzos como instrumento de su gloria. Si lo hace, será por medios muy distintos a los que hubiéramos imaginado naturalmente. ¿Quién contribuyó jamás, después de Jesucristo, a la gloria de Dios tanto y de modo tan sublime como María? Y, sin embargo, todos sus pensamientos los encauzaba Ella con deliberación plena a su propio aniquilamiento. Su humildad parecía poner trabas a los designios de Dios sobre Ella; pero no, todo lo contrario: fue esa humildad, precisamente, la que facilitó la ejecución de sus designios de misericordia" (Grou, El interior de Jesús y María).
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6