Espíritu Paráclito.
Espíritu Santo, brisa y fuego.
Que, desde la mañana de la creación,
embelleces y transformas,
impulsas, robusteces y acompañas.
Brisa que renueva
la suave presencia de Dios, Uno y Trino,
que nos mueve, nos da vida,
nos provoca, nos colma de alegría.
Fuego que nos renueva desde dentro
nos envuelve el corazón,
para que brote el amor y la alabanza,
como testigos y profetas nos consagras.
Ven, no te quedes lejos,
Ven, sacude nuestra casa,
danos a conocer la intimidad divina.
Hacenos servidoras, ratificá nuestra Alianza
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6