La devoción legionaria, raíz del apostolado legionario

Jueves 30 de mayo de 2019


Uno de los deberes más sagrados de la Legión será manifestar exteriormente esta tan acendrada devoción a la Madre de Dios, que tiene en su corazón. Pero, como la Legión no puede actuar sino a través de sus miembros, ruega encarecidamente a cada uno de éstos que asuma plenamente este espíritu, haciéndolo objeto de seria meditación y alma de su apostolado.

Si esta devoción a María ha de ser verdaderamente un tributo legionario, es preciso que constituya una parte integral de la Legión, un deber tan esencial a todos los socios como la junta semanal o el trabajo activo; y, por lo tanto, todos han de participar en esta devoción con perfecta unanimidad. De tan capital importancia es este punto, que nunca acabarán los legionarios de grabárselo debidamente en su mente.

Oración de la comunidad

Catena Legionis

Antífona: ¿Quién es Esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla? Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo; dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: ¿Quién Esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla? V. Oh María, sin pecado concebida, R. Ruega por nosotros que recurrimos a Ti. Oremos Oh Señor Jesucristo, medianero nuestro delante del Padre, que constituiste a la santísima Virgen, tu Madre, madre nuestra y medianera ante de Ti, haz que cuantos a Ti acudieren para pedirte beneficios se gocen de haberlo conseguido todo por Ella. Amén.

¡Gracias! 15 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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