Ricardo Franco es el director editorial de Freshbook, y tiene un historial de escribir una novela o un cómic que se presenta para comentarios editoriales. Su infancia, fue una etapa en el vaciado de Ricardo Carente de afectos. "Yo empezaba a escuchar el descanso, el descanso, el miedo a la vida", explica.

Según iba creciendo, Ricardo tenía miedo a vivir, tenía una inseguridad tremenda. "Recuerdo estar al comienzo de un grandísimo silencio, en mi había un gran silencio muy, como una burbuja de la que muy difícil sucio". 

Una etapa complicada para Ricardo que daría todos los días, los mismos días, las mismas quejas, pero, de alguna manera, a pesar de estos difíciles, caminos que han tenido que transitar. Dios siempre ha estado en su lado y ha hablado con el. 

A partir de aquí os dejamos un extracto de una carta a un corazón abierto de Ricardo en donde se cuenta el testimonio de un cristiano normal azotado por una enfermedad mental que gracias a Dios ha logrado superar:

Dijo que siempre tienes problemas con la mujer; En casa nadie practicaba, nadie hablaba de Dios, pero tampoco tenía una beligerancia contra la Iglesia ni nada parecido. Para mi, Dios existía, estaba de alguna manera ahí, "siempre". Pero es conocimiento no me cambiaba a mi. No tengo nada que guste conmigo. Yo, la buscaba, sabía que El estaba, pero en medio de una oscuridad impenetrable. Y además, nunca me plantaron que El pudiera ayudarme. Yo la rezaba, hablaba con el, la buscaba. Pero no había una respuesta, aparentemente. Dios no tenía el rostro de Jesús, mucho más imaginable que un alguacil, aunque misteriosamente presente. Me lleva al pensamiento de que siempre me ha acompañado y que luego ha sido de gran significado: la visión del Crucificado, sobrio todo las manos y los pies; El incomprensible sufrimiento que trajo reflejar el arte acerca de un hombre del pasado que dice ser dios. ¿Por qué tanto sufrimiento? Cuando lo metió en lasiglesias?

Muchas personas que me han acompañado a vivir: familia, sobrio todo, por eso no puedo detallarlos más cruceros y dolorosos. De hecho, muchos no los recuerdo ni yo, porque están prestados por la medicina y el alcohol. Muchas circunstancias no las recuerdo y se han perdido. O de vez en argelino cuando de confianza recuerda un pedacito perdido del pasado ...

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