Día 2: novena a todos los santos
💭Meditación 2: visión beatífica
Se ven en esta gloria cosas tan notables y excelentes, que Dios con la infinidad de su omnipotencia, no las puede producir mayores. La primera es la Divinidad, es decir, Dios mismo; la segunda, la Maternidad de la Santísima Virgen, nuestra Poderosa Madre y Señora; la tercera, la misma gloria, cuyo soberano objeto es Dios.
En cuanto a la primera cosa que constituye la gloria esencial de los Santos, que es la Divinidad, no se puede ver ni puede existir nada más grande siendo Dios, como dicen los teólogos, un ser por encima de los seres, un acto purísimo y simplicísimo. Nadie más grande que Dios con la infinidad de su poder, y no puede Él crear nada más alto que Él mismo; si pudiera crear algún otro más grande o más alto que Él, no sería Dios, puesto que Dios es un ser sobre todo ser, que nadie puede igualar. Todos los teólogos concuerdan con ello, y no hay tema de discusión, puesto que está muy claro.
La segunda es la Maternidad de la Santísima Virgen, la más excelente que la Divina Omnipotencia pudo realizar en una simple criatura. ¿Podía elevarla más que haciéndola Madre de Dios, es decir, de Sí mismo? (Lc 1, 36).
La tercera es la Gloria, la mayor que pueda crearse, puesto que tiene por objeto a Dios mismo, claridad y luz innata por la que se ven todas las demás luces (Sal 35, 10), salidas de esta como de su fuente y origen, sin poderla menoscabar lo más mínimo.
Así, pues, los Bienaventurados disfrutan de las tres cosas tan grandes y eminentes. Allí ven cara a cara, claramente, limpiamente, sin sombra, sin imagen ni figura, a Dios Trino y Uno; no en enigma (1 Cor 13, 12), sino tal cual es; con tal fulgor, que se contempla la luz en la luz… ¿Cuánta dulzura, cuánta suavidad creéis que gozan en la clara visión del misterio inefable de la Santísima Trinidad, de la eternidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo? ¡Qué alegría al comprender que el Hijo no es menor que el Padre; que el Padre, por ser Padre, no es mayor que el Hijo, y que el Espíritu Santo es igual al Padre y al Hijo! ¡Qué suavidad al ver que el Hijo es eterno y tan antiguo como el Padre, y el Espíritu Santo lo es tanto como el Padre y el Hijo; y que las Tres Personas, teniendo una misma esencia, no son sino un solo Dios!
-San Francisco de Sales, Sermón para la Fiesta de Todos los Santos, 1617.
🔖Máxima del día:
La fe es la luz del mundo nuevo. Es la ciencia de los Santos. En la oración hay que escuchar más que hablar; nos toca escuchar al Hijo de Dios y no a hablar; nosotros no somos dignos de hablar delante de Él, dejemos a Dios la elección del discurso, sin meternos en problemas de buscarnos a nosotros mismos. Dios no habla en el corazón que no está recogido.
-Santa Juana Francisca de Chantal, Opúsculos: Tratado de la Oración
🙏Oración:
Terminemos con la oración de la letanía de todos los Santos, haciendo clic en el botón "oro" de color naranja, que se encuentra aquí abajo.⬇️
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6