El don de Dios mismo al corazón

 

El don del Espíritu Santo, en definitiva, es el don del mismo Dios. Dios es amor (cf. 1Jn 4, 8) y el amor por naturaleza es expansivo. El amor del Padre engendra al Hijo y de este intercambio de amor surge el Espíritu Santo. Él es el amor del Padre y del Hijo que se nos da. Recibimos en el corazón al mismo amor de Dios. Es este el origen de nuestro bien. En la oración de invocación al Espíritu Santo recibimos a Dios mismo y por eso lo necesitamos tanto, por eso nos llena el corazón, por eso nos da tantos dones y provoca tantos frutos.
 

La obra del Espíritu Santo: nuestra santificación

La misión principal del Espíritu Santo en el corazón es la santificación. La oración de invocación al Espíritu Santo, por tanto, es camino de santificación. Nuestra santidad no es más que la participación cada vez más plena en la santidad de Dios. Solo Dios es Santo (cf. 1Sam 2, 2). Dios se abaja para hacernos partícipes de esta condición de santidad. En la plenitud de los tiempos, fue Cristo el que se hizo uno como nosotros para elevarnos a la dignidad de hijos de Dios. Cristo, desde su trono de Gloria, a partir de la ascensión al cielo, manda su Espíritu a los hombres.

Así? los cristianos experimentan un nuevo descendimiento de Dios hacia ellos en la persona del Espíritu. La oración al Espíritu Santo permite al cristiano abrirse cada vez más para acoger a ese Dios que se le da y que le va santificando. Esta presencia del Espíritu en el alma es la que va realizando la transformación, la santificación. La fuerza y la potencia de Dios están contenidas en el corazón del hombre que se ha abierto a su acción. Es así? como el espíritu realiza en las personas la santificación. Mientras más llenos estemos del Espíritu Santo, más participamos de su misma santidad.

Oración de la comunidad

Oración del programa

Señor Jesús, enséñanos a orar. Dirige nuestra mirada y nuestro corazón al cielo para reconocer la presencia del Padre celestial. Muéstranos el modo de entrar dentro de nosotros para encontrar en el santuario de nuestra alma a Dios que viene a hacerse uno con nosotros. Unidos con Él y en Él en intimidad aprenderemos a vivir desde Él irradiando a nuestros hermanos el mismo amor de Dios. Llena nuestra vida con tu presencia que es fuerza, paz y consuelo. Manda tu Espíritu para que unidos en comunión seamos una sola cosa contigo. Enséñanos a hacer de nuestra vida oración y de nuestra oración vida para así vivir en Dios. Amén

¡Gracias! 53 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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La oración: Vivir en Dios

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