El Corazón Inmaculado de María es refugio para nosotros, los pecadores

Revisemos el camino recorrido:

Comenzamos en la contemplación del Corazón Inmaculado de María para llegar a Su compasión hacia el pecador. Vimos que todo entre los dos era una configuración progresiva para Su hijo.

Ahora podemos unir estos dos extremos y en cierta medida balbucear la inteligibilidad de esta unión de conceptos.

El corazón de María es inmaculado para poder ser el refugio de los pecadores. Se trata de entender que, entre más nos elevamos hacia los principios, más podemos entender lo que de alli depende. Cuanto más nos elevamos al misterio de Dios, más podemos entender lo que está lejos de Dios, el pecado.

Entendamos bien: es cuando amamos que captamos lo que significa la falta de amor y, lo que esta ausencia nos duele. Por lo tanto es necesario estar en profunda intimidad con Dios para descubrir la opacidad del pecado. ¿No es esta la misión de María?

Entonces María, sin ser afectada por el pecado, está vinculada a la opacidad del pecado.

Si María es inmaculada, es para ser el refugio de los pecadores. A la luz de la sabiduría de Dios, se necesitaba un corazón absolutamente libre de todo rastro de pecado  para poder estar cerca del pecador.

Oremos:

Oración de Consagración a la Virgen María

San Luis María Grignion de Montfort

Te elegimos hoy, ¡oh, María!

en presencia de toda la corte celestial 

como nuestra Madre y nuestra Reina.

Te entregamos y consagramos,

con toda sumisión y amor, 

nuestro cuerpo y nuestra alma, 

nuestros bienes interiores y exteriores,

y hasta el valor de nuestras buenas acciones,

pasadas, presentes y futuras,

dejándote completo y pleno derecho 

para disponer de nosotros y

de todo cuanto nos pertenece,

sin excepción, según tu beneplácito,

para la mayor gloria de Dios,

ahora y por la eternidad.

¡Amén!

Unidos en oración con el Papa Francisco

Recemos una decena del Rosario por las intenciones del Santo Padre.