Beber la hiel y la miel

Queridos amigos:

Hoy quiero hablaros de un santo cuya fiesta celebrábamos el pasado martes 10 de mayo, San Juan de Ávila.

La razón principal por la que quiero hablar de San Juan de Ávila en esta comunidad es porque mucha gente le confunde con San Juan de la Cruz, y no, San Juan de Ávila es otro santo

Era sacerdote diocesano y en España  es el patrón de los sacerdotes.

Algunas cosas tienen en común San Juan de Ávila con San Juan de la Cruz, pero ninguna tan significativa como para que sean confundidos. Este San Juan ni siquiera era de Ávila, sino de Ciudad Real y es que su padre se apellidaba “De Ávila”.

He de confesar que, aunque yo no les confundía no conocía gran cosa de San Juan de Ávila. Hasta que un día buscando algo relacionado con la tribulación me salió una de sus cartas. Luego en una librería encontré el libro de su Epistolario espiritual.

Os lo recomiendo para los que estáis pasando tribulaciones o tentaciones porque sus cartas son un bálsamo para el alma.

El escribió muchísimas cartas porque dirigía espiritualmente a muchas personas. Entre otros a otros santos como por ejemplo nada menos que San Ignacio de Loyola, San Juan de Dios, San Francisco de Borja y Santa Teresa de Jesús. Ahí es nada.

Así que es un santo para descubrir y leer, ya hablaremos más veces de él. Hoy ha sido solo la presentación.

Os pongo dos cartas una escrita y otra en audio. Seguro que os gustan. Ya me contareis.

Carta 131. Que en la tierra donde Dios fue anhelado hay que beber hiel para llegar a donde hay toda dulcedumbre:

“Bien va así, ilustrísima señora, bien va así. Más vale hiel que miel, en la tierra donde Dios fue anheleado. Así van a la tierra que mana leche y miel, donde Dios será visto faz a faz, y no habrá gemido ni dolor, porque el Señor omnipotente enjugará las lágrimas (Apoc., 21,4) que acá hizo llorar; y como supo acá entristecer, nos sabrá allá alegrar. Pase vuestra señoría con esfuerzo su carrera, no como quien corre de burla, sino, los ojos puestos en la joya, enamorada de la hermosura de ella, diga que no son dignas las pasiones de esta vida para la gloria que se descubrirá en nosotros (Rom., 8.18). Y pues ya está avisada que convienen morir a todas las cosas, no quiera ella vivir a lo que Dios quiere que muera, sino viva a Aquel que, por comprarle su vida y su amor perdió El la suya por amor. ¿Qué hay que pensar en esto? Dios se dio por ella, y se ha dado a ella ¿quedarse ha ella consigo misma, alzándose con su corazón, y hurtando su amor a quien tan justo se le debe? San Pablo (2 Cor., 5) dice, que para esto murió Jesucristo, para ser Señor de vivos y muertos, para que los que viven no vivan para sí mismos, sino para Aquel que por ellos murió. Y pues el título de nuestra compra es tan justo, seamos por amor de Aquel que nos compró y no, cierto, para matarnos ni maltratarnos, sino para hacernos participantes de Él.

¿Dónde mejor podremos estar, que en Él? ¿Cuyos mejor podremos ser que de Él? El es la bondad y todos los bienes. Y si de otro somos, ni aun mantenernos podremos, cuanto más ser bienaventurados; mas quien de Él fuere, alégrese, que escrito está (Ps.,32): "Bienaventurada la gente de la cual el Señor es su Dios, y el pueblo que escogió para heredad suya" Mire vuestra señoría quién tendrá mejor labrada la heredad, Dios o la criatura. Y aunque Él dé golpes, y meta la reja del arado, y rompa la tierra, tierra es, y para que acuda con mucho fruto lo hace; porque si le perdonan el hierro, quitarle han la bienaventuranza de la fertilidad. Vuestra señoría tenga los ojos en el Señor, esté colgada de su contentamiento, y pues en tan buenas manos está, descanse el corazón de ella; que el ánima que en Dios ha puesto su fe y amor, entre los peligros tiene su paz. Él sea esfuerzo de V.I.S y todo su amor”

Y el audio, recomendaciones del santo a una señora ante la tentación y tribulación:

https://radiomaria.es/archivo_podcast_2021/San juan de avila 2021-11-24.mp3 

¡Hasta la próxima semana amigos!


Oración de la comunidad

Jesús tu nombre me sana

Jesús, repito tu dulce Nombre, tranquilamente, empiezo a descansar en Ti, confío en Ti. Jesús, Tu sabes que estoy lleno de preocupaciones. Respiro suavemente , repito tu dulce Nombre y pongo todo el peso de mis ansiedades en tu hombro divino. Y ahora apoyo mi rostro en tu regazo y me dejo acariciar por tu mano dulce que me da tanta seguridad. Oigo tu voz suave que me dice que nada tema que Tú estás aquí conmigo. Jesús, Jesús, Jesús...

¡Gracias! 150 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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