Queridos amigos:

A veces lo único que hacemos es relacionarnos con Dios para pedirle cosas materiales, para que nos solucione los problemas. Si lo analizamos bien, eso no es una relación de amor sino de puro interés. Si nuestra relación con Dios se reduce a que la vida en este mundo sea más llevadera para nosotros realmente nos estamos perdiendo lo mejor.

Celebramos hoy la fiesta del Espíritu Santo y ¿qué le pedimos? ¿Le pedimos tener salud, dinero, trabajo, que nuestra familia esté bien, o le pedimos a Él que entre en nuestra vida, que nos de fuerzas, que nos enseñe a dejarnos amar? Realmente eso es lo mejor que podemos pedir, es lo que nos dará la felicidad de verdad, y no una vida sin problemas porque eso no es lo importante y además tampoco es real. Y si tenemos al Espíritu Santo todo lo demás se nos dará por añadidura.

Y las mercedes que hace el Espíritu Santo al alma son infinitas, pero lo principal es que Él mismo se entrega al alma y la hace participar de todo lo que es Él, dice así San Juan de la Cruz:

“Porque cuando uno ama y hace bien a otro, hácele bien y ámale según su condición y propiedades; y así tu Esposo, estando en ti, como quien él es te hace las mercedes: porque, siendo él omnipotente, hácete bien y ámate con omnipotencia; y siendo infinitamente bueno, sientes que te ama con bondad; y siendo santo, sientes que te ama y hace mercedes con santidad; y siendo él justo, sientes que te ama y hacer mercedes justamente; siendo él misericordioso, piadoso y clemente, sientes su misericordia y piedad y clemencia; y siendo fuerte y subido y delicado ser, sientes que te ama fuerte, subida y delicadamente; y como sea limpio y puro, sientes que con pureza y limpieza te ama; y , como sea verdadero, sientes que te ama de verás ; y como él sea liberal , conoce que te ama y hacer mercedes con liberalidad sin algún interés, sólo por hacerte bien; y como él sea la virtud de la suma humildad, con suma bondad y con suma estimación te ama, e igualándote consigo, mostrándosete en estas vías de sus noticias alegremente, con este su rostro lleno de gracias y diciéndote en esta unión suya, no sin gran júbilo tuyo: Yo soy tuyo y para ti, y gusto de ser tal cual soy por ser tuyo y para darme a ti. “Llama de amor viva, Canción 3, verso 1, punto 6.

Esto es importante:

A medida que uno avanza en la vida espiritual se va dando cuenta de su pobreza y de su debilidad y de que de verdad necesita que venga el Espíritu Santo porque sin Él no puede nada. ¿Sentimos esa necesidad? No un conjunto de necesidades materiales, sino una necesidad espiritual de ser amados por Dios, de experimentarnos habitados por Él. Si el Espíritu Santo viene a nosotros, y le dejamos entrar en nuestra vida  y tomar posesión de nosotros, llegaremos a exclamar como San Pablo “Todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo” (Filipenses 3,8). Porque si Dios se nos entrega totalmente y nos hace participar de todo lo que es Él, ¿qué más necesitamos?

Oración de hoy

¡Espíritu Santo! Hoy quiero celebrar tu fiesta, siendo consciente de que el mayor don que puedes traer a mi vida es que vengas Tú y te unas a mi y me hagas participe de todos tus bienes. A pesar de que en mi vida hay dificultades, dolores y cosas que no entiendo, lo importante es permanecer unida, unido a Ti. Dame fortaleza para continuar siempre fiel como lo eres Tú. Dame fortaleza para perseverar en la oración íntima contigo. La oración es la puerta de mi morada interior donde Tú habitas, por eso quiero perseverar y no dejarla nunca, pase lo que pase. Te doy gracias, Espíritu Santo, porque contigo me das todos los bienes. Yo soy tuyo y para ti, y tu eres mío y para mí.

Amen.  

Ha sido una gracia de Dios poder compartir con vosotros este retiro de Pentecostés. Muchas gracias a todos por vuestras oraciones y comentarios.  Si quereis seguir participando de una comunidad permanente sobre San Juan de la Cruz que realiza publicaciones cada sábado os podéis apuntar aquí.

Me despido con la canción de hoy, con otro santa que también vivió esta entrega total y que se inspiró tambien en San Juan de la Cruz ¡Hasta siempre amigos!

¡Llegaste al final de este retiro!                                                                                          ¿Recibiste alguna gracia durante este retiro? ¡Cuéntanos!                                       - ¡Escribe aquí tu testimonio!

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