Muerte y Resurrección

Queridos amigos:

En estos días de Semana Santa estamos acompañando a Jesús en su Pasión y muerte para mañana vivir también con él la Resurrección. ¿Acompañamos nosotros a Jesús o es Jesús quien nos acompaña a nosotros?

Jesús quiere que nos sintamos acompañados por El, quiere que al revivir su Pasión sepamos que Él nos entiende, que nos comprende, que carga con nuestros dolores. Porque nosotros vivimos también la pasión en nuestra vida. Y tenemos momentos de muerte y de resurrección, de hecho, el crecimiento espiritual implica muertes y resurrecciones.

Y el crecimiento espiritual no es algo aislado de nuestra vida pues “Todo contribuye al bien de los que aman a Dios”. Esa pasión que estás viviendo la puedes vivir mejor si confías en que vendrá una resurrección.  Y luego hay algo que también te puede ayudar mucho. Cuando estamos pasando un gran dolor sentimos mucha soledad interior porque nadie puede comprender realmente lo que estamos pasando. Es así porque los sentimientos son intransferibles. Es decir, tú puedes contarle a alguien lo que te pasa, pero no te puedes sentir plenamente consolado más que por alguien que haya pasado por lo mismo que tú.  Pues Jesús ha pasado por todo eso, es el que mejor te puede entender, en el que mejor te puedes consolar.

Tranquilízate si estás pasando momentos de mucho dolor ahora, hay veces que no hay más remedio que pasar esos momentos con toda la calma que puedas y cuando no puedas consolarte con nadie, trasládate a Getsemaní. Quédate ahí con Jesús y consuélale a Él y que Él te consuele a ti, te pongo aquí una oración que te puede ayudar,pulsa aquí.

Y también te puede ayudar en esos momentos de dolor poner la mirada en la Resurrección.  Aunque te estés muriendo por dentro. Es bueno fijar los ojos en la luz cuando uno está pasando por las tinieblas. Es lo que uno hace cuando va por un túnel mirar a la luz para poder salir. Pues igual, hazlo así, aunque estés caminando por tinieblas no apartes la mirada de la Luz de Jesús.

Y para esto te puede ayudar este texto de San Juan de la Cruz. En su obra “Llama de Amor Viva” San Juan habla de aquellas personas que ya están en la vía unitiva disfrutando del cielo aquí en la tierra. Nosotros no sabemos si alcanzaremos ese estado en la tierra, pero en el cielo desde luego que sí.  Uno de los versos de la Canción 2 del poema Llama de Amor viva dice “Y toda deuda paga”. Es decir, el alma cuando llega al estado de unión con Dios da por buenos todos los sufrimientos pasados, dice así San Juan de la Cruz en el comentario al poema, Canción 2 verso 5:

“Esto dice el alma porque en el sabor de vida eterna, que aquí gusta, siente la retribución de los trabajos que ha pasado para venir a este estado; en el cual no solamente se siente pagada y satisfecha al justo (se refiere a la deuda), pero con grande exceso premiada, de manera que entiende bien la verdad de la promesa del Esposo en el Evangelio (Mt 19,23) que daría ciento por uno. De manera que no hubo tribulación, ni tentación, ni penitencia, ni otro cualquier trabajo que en este camino haya pasado, a que no corresponda ciento tanto de consuelo y deleite en esta vida, de manera que puede muy bien decir el alma: y toda deuda paga. Y para saber cómo y cuáles sean estas deudas de que aquí el alma se siente pagada, es de notar que , de vía ordinaria, ningún alma puede llegar a este algo estado y reino del desposorio, que no pase primero por muchas tribulaciones y trabajos; porque, como se dice en los Hechos de los Apóstoles(14,21), por muchas tribulaciones conviene entrar en el renio de los cielos, las cuales ya en este estado son pasadas, porque de aquí adelante, porque el alma está purificada, no padece."  

Espero vuestros comentarios acerca de como estáis viviendo estos días, sobre todo a nivel interior, cómo vivís vuestras muertes y resurrecciones.

Y para terminar la siguiente charla del padre Vicente:


¡Feliz Pascua de Resurrección!

Oración de la comunidad

Jesús tu nombre me sana

Jesús, repito tu dulce Nombre, tranquilamente, empiezo a descansar en Ti, confío en Ti. Jesús, Tu sabes que estoy lleno de preocupaciones. Respiro suavemente , repito tu dulce Nombre y pongo todo el peso de mis ansiedades en tu hombro divino. Y ahora apoyo mi rostro en tu regazo y me dejo acariciar por tu mano dulce que me da tanta seguridad. Oigo tu voz suave que me dice que nada tema que Tú estás aquí conmigo. Jesús, Jesús, Jesús...

¡Gracias! 195 personas oraron

6 comentarios

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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