Evangelio según San Marcos 4,26-34.

Y decía: "El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra:
sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo.
La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga.
Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha".
También decía: "¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo?
Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra,
pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra".
Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender.
No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo.

Comentario del Evangelio

San Claudio de la Colombière (1641-1682), jesuita
Acto de confianza en Dios (Écrits spirituels, Christus n° 9, DDB, 1982), trad. sc©evangelizo.org

Mi Dios, estoy tan persuadido que velas sobre los que en tí esperan, que nada nos puede faltar cuando esperamos todo de tí. Por eso he resuelto vivir en el futuro sin ninguna preocupación y descargar sobre tí todas mis inquietudes: "Me acuesto en paz y en seguida me duermo, porque sólo tú, Señor, aseguras mi descanso" (Sal 4,9).

Los hombres pueden ser despojados de bienes y del honor, las enfermedades pueden sacarme las fuerzasy los medios para servirte, hasta puedo perder la gracia por el pecado. Pero jamás perderé mi esperanza. La conservaré hasta el último instante de mi vida. Todos los demonios harán en ese momento vanos esfuerzos para arrancármela, pero yo "me acuesto en paz y en seguida me duermo". Otros pueden esperar la felicidad de sus riquezas o de sus talentos. O se apoyan sobre la inocencia de sus vidas, el rigor de sus penitencias, la magnitud de su limosna o el fervor de sus oraciones. Pero "sólo tú, Señor, aseguras mi descanso".

Señor, mi total Confianza, eres mi misma confianza. Esta confianza no engaña jamás. "¿Quién confió en el Señor y quedó confundido?" (Eclesiástico 2,11 Vg.)


    

Oración de la comunidad

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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