Evangelio según San Juan 1,19-28.

Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: "¿Quién eres tú?".
El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: "Yo no soy el Mesías".
"¿Quién eres, entonces?", le preguntaron: "¿Eres Elías?". Juan dijo: "No". "¿Eres el Profeta?". "Tampoco", respondió.
Ellos insistieron: "¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?".
Y él les dijo: "Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías".
Algunos de los enviados eran fariseos,
y volvieron a preguntarle: "¿Por qué bautizas, entonces, si tu no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?".
Juan respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen:
él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia".
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.

Comentario del Evangelio

Beato Guerrico de Igny (c. 1080-1157), abad cisterciense
Sermón 5 para el Adviento

     «Preparad los caminos del Señor». Hermanos, aunque estéis muy avanzados en el camino os queda todavía por preparar el camino, para que avancéis más y más, siempre tendiendo hacia lo que está por delante. Así, a cada paso que andáis por el camino del Señor, él irá delante de vosotros, siempre de nuevo, siempre más grande. Por esto, con razón, el justo ora de este modo: «Enséñanos el camino de tu voluntad para que te busquemos siempre». (cf Sal 118,33) Esta vía se llama, «camino eterno» (cf Sal 138,24)...porque la bondad de aquel hacia el cual avanzamos no tiene límite.

     Por esto, el viajero sabio y decidido, aunque haya llegado al término, seguirá pensando en comenzar de nuevo; «olvidando lo que queda atrás» (cf Flp 3,13) se dirá cada día: «Ahora comienzo» (cf Sal 76,11)...Nosotros que hablamos de este avanzar en el camino, quiera Dios que nos hayamos siquiera puesto en camino. Según mi parecer, cualquiera que se haya metido en camino está ya en el buen camino. Pero hay que comenzar de veras, encontrar «el camino de ciudad habitada» (Sal 106,4) Porque «no son muchos lo que andan por él», dice la Verdad (cf Mt 7,14); son numerosos «los que yerran por el desierto deshabitado» (cf Sal 106,4)

     Y tú, Señor, tú nos has preparado un camino, sólo hace falta que consintamos y nos comprometamos en seguirlo... Por tu Ley, tú nos has enseñado el camino de tu voluntad diciendo: «Este es el camino, caminad por él.» (cf Is 30,21) Es el camino que el profeta había prometido: «Habrá una ruta recta y los insensatos no se perderán en ella.» (cf Is 35,8)... Nunca he visto a un insensato perder tu camino, Señor...; pero, ay de vosotros, sabios a vuestros propios ojos. (cf Is 5,21) Vuestra sabiduría os ha descarriado del camino de la salvación y no habéis seguido la locura del Señor... Locura deseable que se llamará sabiduría según Dios y que nos preserva de perder su camino.


    

Oración de la comunidad

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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