¿Cómo ayunar? Consejos sobre cómo ayunar para Dios

Los cristianos pueden ofrecer a Dios un tiempo de ayuno, ya sea durante los días de penitencia establecidos por la Iglesia (Miércoles de Ceniza y Viernes Santo) o de manera personal en otro momento del año. Para hacerlo, es importante tener en cuenta que un ayuno religioso no es simplemente privarse de la comida, sino que hace parte de un proceso de conversión y debe ser vivido para tener un encuentro íntimo con Dios, en donde cada uno puede sentir la necesidad o el deseo de vivir este tiempo de una manera especial para acercarse a Dios. A continuación, te presentamos algunas preguntas que pueden ayudarte a vivir plenamente este momento de entrega.

Al final de esta lectura, te invitamos a descubrir otras preguntas y respuestas sobre la vida cristiana. 

¿Cuál es el propósito y el motivo de mi ayuno?

Jesús nos recuerda claramente en El Evangelio de Mateo que: El ayuno no debe ser simplemente una práctica espiritual, que se hace por costumbre o porque nos sentimos culpables o queremos que se note que ayunamos: “Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”. (Mateo 6:16-18)

Por lo tanto, el ayuno es sobre todo un momento de recogimiento, un acto personal que todo cristiano debe vivir en su intimidad. Incluso si el ayuno se hace bajo la invitación de la Iglesia y es practicado al mismo tiempo por otros cristianos (como por ejemplo, el Miércoles de Ceniza), este sigue siendo una entrega muy personal que solo compromete al creyente y a Dios. 

Algunas preguntas que puedes hacerte antes de empezar tu ayuno:

¿Por qué quiero ayunar? ¿Cuál es mi mayor deseo? 

¿Estoy dispuesto a vivir este tiempo de ayuno en lo más profundo de mi corazón, únicamente ante la mirada de mi Señor?

¿De qué me estoy privando y durante cuánto tiempo?

Durante los días de ayuno establecidos por la Iglesia, se recomienda estar sin comer (El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo) y no comer carne los viernes de Cuaresma. Así como lo menciona el artículo número 2043: “El cuarto mandamiento («abstenerse de comer carne y ayunar  en los días establecidos por la Iglesia») asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas y para adquirir el dominio sobre nuestros instintos, y la libertad del corazón”. (Catecismo de la Iglesia Católica nº 2043).

También, durante la Cuaresma, se invita a los cristianos a hacer un esfuerzo cuaresmal a lo largo de los 40 días, pero este esfuerzo no tiene por qué ser alimenticio. Es decir, cada quien puede discernir lo que desea ofrecer a Dios durante este tiempo de penitencia: Por ejemplo, un hábito o una práctica: 

  1. Que toma demasiado tiempo de tu vida para ofrecer más tiempo a Dios,
  2. Que sabes que es malo para ti, ya sea física, moral o espiritualmente. De esta manera, puedes decidir con mayor facilidad dejarlo o limitarlo. Por ejemplo, el consumo de refrescos o de alcohol, o proponerte no murmurar ni criticar, o practicar un ayuno de imagen evitando los contenidos pornográficos o la consulta de las redes sociales.
  3. De cosas que te gustan, pero de las que quieres privarte de manera momentánea, para volver a poner a Dios en el centro de tu vida y recordar que Él es lo más importante para ti.

 En todos los casos, no se trata de buscar el máximo resultado, sino de respetar tu estado de salud; por eso es muy importante consultar a un médico antes de decidir hacer un ayuno alimenticio de más de 24 horas.

Algunas preguntas que puedes hacerte antes de empezar tu ayuno:

¿Cómo puedo dedicar más tiempo a Dios? 

¿Qué cosas de mi vida cotidiana se vuelven indispensables (dependientes) y me alejan de Dios?

¿Cuál es la ofrenda que me gustaría hacerle a Dios y que me siento dispuesto a hacer con humildad y alegría?

¿Cómo puedo acompañar la oración con el compartir?

El ayuno está asociado a la oración y a la limosna. Es decir, no se trata de una simple privación sin sentido, sino de un esfuerzo dedicado y vivido en la oración, que nos acerca a Dios y a los demás.

El ayuno es una práctica que nos permite obtener muchos frutos y sirve para acompañar nuestra oración. Por eso, el Papa suele invitar a los católicos a ayunar un día en específico por una intención particular, el cual puedes elegir para vivir tu ayuno como una verdadera ofrenda.

Algunas preguntas que debes hacerte antes de empezar tu ayuno:

¿Cómo puedo incluir momentos de oración en esta jornada (este periodo)?

¿Cómo puede lo que estoy ayunando permitirme tener más disponibilidad (de tiempo, mental, financiera, etc.) para dedicárselo a la oración o a las personas necesitadas?

¿Cuál(es) es (son) mi(s) intención(es) durante este ayuno? ¿Por quién, para qué quiero hacerlo?

¡Hozana te invita a volver a poner a Dios en el centro de tu vida cotidiana!

El ayuno se practica como un acto de conversión y penitencia para volver a Dios. Hozana te ofrece diferentes comunidades en línea que te acompañarán en la oración durante tu tiempo de ayuno, ya sea en la Cuaresma o en cualquier otro momento del año. Por ejemplo: 

  1. Este retiro “40 días para limpiar el corazón con arte y oración”, para trabajar en los sentimientos y emociones mediante el arte y la oración, buscando la limpieza del corazón.
  2. Este retiro “7 actitudes para acercarte a Dios a la Luz de San Agustín”, para recibir diariamente una hermosa y sencilla meditación sobre 7 actitudes que podrás aplicar en tu vida, inspiradas en las enseñanzas y vida de San Agustín.


 
 

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