¿Por qué la Iglesia Católica bautiza a los bebés?

El Catecismo de la Iglesia Católica trata la cuestión del bautismo de bebés y niños en los números 1250, 1251 y 1252 de este compendio. Concretamente, la segunda sección del Catecismo de la Iglesia Católica cuenta con un artículo sobre el bautismo, en el cual podemos encontrar más información al respecto, pues este proporciona información detallada sobre los siete sacramentos de la Iglesia, de los cuales el bautismo hace parte.

A continuación, te invitamos a profundizar un poco más sobre el bautismo de niños y bebés según el catolicismo, de modo que puedas tener la respuesta a tus interrogantes basados en el Catecismo.

¿Por qué bautizar a los bebés?

El número 1250 del Catecismo de la Iglesia Católica se refiere al respecto diciendo: “puesto que nacen con una naturaleza humana caída y manchada por el pecado original, los niños necesitan también el nuevo nacimiento en el Bautismo (cf DS 1514) para ser librados del poder de las tinieblas y ser trasladados al dominio de la libertad de los hijos de Dios (cf Col 1,12-14), a la que todos los hombres están llamados. La pura gratuidad de la gracia de la salvación se manifiesta particularmente en el bautismo de niños. Por tanto, la Iglesia y los padres privarían al niño de la gracia inestimable de ser hijo de Dios si no le administraran el Bautismo poco después de su nacimiento” (cf CIC can. 867; CCEO, can. 681; 686,1).

Además, el número 1282 aporta otro elemento de respuesta: “Desde los tiempos más antiguos, el Bautismo es dado a los niños, porque es una gracia y un don de Dios que no suponen méritos humanos; los niños son bautizados en la fe de la Iglesia. La entrada en la vida cristiana da acceso a la verdadera libertad”.

Adicionalmente, el número 1277 del Catecismo nos recuerda que el bautismo “es necesario para la salvación”, lo cual explica el por qué la Iglesia Católica practica el bautismo de niños.

¿Quién confiere el sacramento del bautismo?

Según el Catecismo, un sacerdote (obispo o presbítero) o un diácono pueden conferir el sacramento del bautismo (n° 1256).

¿Cómo se celebra el sacramento del bautismo para el bebé?

El rito es el mismo tanto para un bebé como para un adulto. Este coonsiste en sumergir al bebé en el agua, o en su defecto derramar un poco de agua sobre su cabeza, mientras se invoca al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

La celebración se articula en torno a cinco signos: la señal de la cruz, el agua, el vestido blanco (que los padres y padrinos deben portar idealmente), el aceite y la luz, que expresan el sentido del bautismo.

La celebración del bautismo de un bebé incluye normalmente la liturgia de la palabra (la primera lectura, un salmo y el evangelio), la oración universal, la oración de exorcismo y liberación, después el rito del bautismo con la bendición del agua, la renuncia a Satanás y la profesión de fe, seguidos del bautismo. La celebración concluye normalmente con el rezo del Padre Nuestro y la bendición final. Al final de la celebración, se invita a los padres, padrinos y madrina a firmar las actas de bautismo.

¿Un bebé que muere antes del bautismo puede ser salvo?

El número 1283 del Catecismo se refiere al respecto diciendo: “en cuanto a los niños muertos sin bautismo, la liturgia de la Iglesia nos invita a tener confianza en la misericordia divina y a orar por su salvación”.

¿Qué ocurre después del bautismo de un bebé?

Varios años después del bautismo, la Iglesia Católica ofrece a los bebés bautizados la oportunidad de acceder a los otros dos sacramentos de iniciación cristiana que son bastante importantes: la Eucaristía y la Confirmación.

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