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Poemas de Santa Teresita del Niño Jesús

Poemas de Santa Teresita del Niño Jesús

La pequeña Teresita es muy conocida por la sencillez de su intensa relación con Dios. Ella ardía de amor por Jesús y prometió "pasar [su] cielo haciendo el bien en la Tierra", y a decir verdad, rezar a Santa Teresita es una fuente de mil gracias. 

Cuando Santa Teresa de Lisieux heredó el papel de "poetisa oficial" de su comunidad, en el convento carmelita de Lisieux, luego que su hermana mayor fuera elegida como priora, no tenía ninguna experiencia en la escritura de poesía. Sin embargo, a medida que escribía, su escritura se hacía más fina, y la poesía se iba convirtiendo en un verdadero medio de expresar su inmenso amor por Dios. Poco a poco, este diálogo de amor con Cristo terminaría denotando una increíble fuerza espiritual. De hecho, si meditamos un poco sus poemas, pueden servirnos de apoyo para orar. ¿Te gustaría rezar con los poemas de Santa Teresa de Lisieux? ¡Enhorabuena! hemos seleccionado algunos para ti.

Reza con los poemas más famosos de Santa Teresita

Algunos artistas han musicalizado algunos de los poemas de Santa Teresita. De hecho, algunos son conocidos por el impacto mediático que han tenido. Debemos saber que los poemas de Santa Teresita se pueden leer o recitar, pero si lo deseas, también puedes tararearlos. Con respecto a esto, San Agustín dijo que "cantar es rezar dos veces", ¡así que no dudes en hacerlo!

Vivir de amor

“La noche del Amor, ya sin parábolas,

Jesús decía : «si alguien quiere amarme,

toda su vida guarde mi palabra ;

y le visitaremos yo ¡y mi Padre!

Viniendo a él, por siempre lo amaremos,

¡su corazón será nuestra mansión…!

¡Queremos que él esté, lleno de paz,

en nuestro Amor…»!

Vivir de amor quiere decir tener-Te,

Verbo increado de mi Dios Palabra.

Tú bien sabes, Jesús, que yo te amo

y el Amor de tu Espíritu me inflama.

Sé que, amándote a ti, me atraigo al Padre

y lo guarda mi pobre corazón.

¡Oh, Trinidad , los tres sois prisioneros

de mi amor…!

Vivir de amor vivir es de tu vida,

glorioso Rey, delicia de los santos.

Por mí vives oculto en una hostia,

¡por ti quiero esconderme en el sagrario!

Soledad necesitan los amantes,

siempre estar corazón con corazón.

Me hace feliz tan sólo tu mirada,

¡vivo de amor…!

Vivir de amor, aquí sobre la tierra,

no es instalar mi tienda en el Tabor;

¡es subir con Jesús hasta el Calvario

y abrazar de su cruz la gran razón…!

En el cielo, mi vida será gozo,

allí nunca jamás habrá dolor.

Mas quiero, entre las penas del destierro,

¡vivir de amor !

Vivir de amor es darse sin medida,

sin reclamar salario aquí en la tierra.

Yo doy sin llevar cuentas,¡ muy segura

de que en el amor el cálculo no entra…!

Le he dado todo al Corazón divino,

pura ternura… ; así, ligera voy

Sin más carga que mi única riqueza:

vivir de amor.

Vivir de amor es disipar el miedo

y el recuerdo de las faltas del pasado.

De mis pecados no percibo huellas,

pues el amor de Dios las ha borrado…

¡Llama divina, purgadora hoguera!,

mi morada establezco en tu fogón,

y entre tus llamas yo canto a mi gusto:

¡Vivo de amor!

Vivir de amor guardar es en sí misma

un gran tesoro en un vaso mortal;

Mi flaqueza es extrema, Amado mío,

¡lejos de ser un ángel celestial…!

Mas si es verdad que caigo a cada paso,

vienes, por levantarme, en mi favor;

a cada instante Tú me das la gracia:

¡Vivo de amor!

Vivir de amor es navegar sin tregua,

sembrando paz y gozo en las Hermanas;

Me urge la caridad, Piloto amado,

pues te veo en todas las almas.

La caridad me guía, ella es mi estrella,

A su luz voy bogando sin error.

Mi divisa está escrita en mi velamen:

« Vivir de amor»

Vivir de amor cuando Jesús se duerme

en medio de una mar embravecida…,

¡oh, no temas, Señor, que te despierte!,

espero en paz la celestial orilla…

La fe muy pronto romperá su velo,

la esperanza adivina su fulgor,

la caridad mi vela hinchada empuja,

¡vivo de amor…!

Vivir de amor es, ¡oh mi buen Maestro!,

suplicarte que extiendas más tu fuego

de tus ministros en las sacras almas,

¡hazlos más puros que los ángeles del cielo…!

A tu Iglesia inmortal llena de gloria,

Jesús, no te hagas sordo a mi clamor,

yo por ella me inmolo, soy su hija,

vivo de amor.

Vivir de amor es enjugar tu Faz

y alcanzar el perdón al pecador;

¡oh, Dios de amor !, que vuelvan en tu gracia

y a tu nombre le canten bendición…

Hasta mi alma llega la blasfemia…,

para borrarla entono esta canción :

« ¡Amo y adoro tu sagrado nombre,

vivo de amor… !»

Vivir de amor : que yo imite a María,

lavándote con lágrimas y ungüentos

los pies divinos que arrobada besa

y enjuga con sus fúlgidos cabellos…

Se levanta después y quiebra el vaso

y tu rostro embalsama con unción.

¡El ungüento con que unjo yo tu Faz

es mi amor…!

« Vivir de amor,¡ oh qué locura extraña!

-me dice el mundo-,deja de cantar,

no pierdas tus perfumes ni tu vida;

¡útilmente los debes emplear… !»

¡Jesús, amarte es una pérdida fecunda!

Mis perfumes por siempre te los doy,

Cantaré cuando salga de este mundo :

« ¡Muero de amor !»


Morir de amor es muy dulce martirio,

¡es el martirio que sufrir quisiera!

Acordad, querubines, vuestras liras,

¡siento que de mi exilio el fin se acerca…!

Llama de amor, consúmeme sin pausa,

vida fugaz, tu carga es mi opresión.

Dulce Jesús, mi sueño se realiza:

¡Morir de amor…!

Morir de amor, esta es mi recompensa,

cuando vea romperse mis cadenas;

otros bienes no quiero poseer,

Mi Dios será mi gran recompensa.

Por su amor abrasada quiero ser,

deseo verle en eternal fusión.

Ese es mi cielo…, ese es mi destino…

¡¡¡VIVIR DE AMOR !!!”

-Fuente: Sanctuaire de Lisieux

Mi alegría

“¡Oh, cuántas almas hay aquí en la tierra

que andan en vano en busca de la dicha!

En cuanto a mí, mi caso es el contrario:

en mi interior encuentro la alegría.

Mi alegría no es algo pasajero,

pues que yo la poseo de por vida;

como rosa que se abre a la mañana,

me sonríe sin quiebra día a día.

Feliz soy , en verdad, hasta el exceso,

hago siempre mi propia voluntad…

¿Podría acaso, así, no ser dichosa

y no dar muestras de felicidad?

Mi alegría es amar el sufrimiento,

Yo sonrío aunque tenga que llorar;

y es justa gratitud ante Dios Padre

con las flores espinas aceptar.

Cuando oscuro se torna el cielo azul

y en la sombría noche me abandona,

esconderme, abajarme… es mi alegría,

y fiel permanecer en esa sombra.

Mi alegría es la santa voluntad

de Jesús, el Amor que me ama a solas.

Así yo vivo sin temor alguno

y amo el día y la noche, tanto monta.

Mi alegría es quedar siempre pequeña;

así, cuando me caiga en el camino,

me podré levantar rápidamente

y tomará mi mano Jesús -Niño;

yo, colmándolo entonces de caricias,

le diré que Él es todo, todo mío,

y cuando Él se retraiga de mi fe,

yo pienso redoblarle mi cariño.

Mi alegría es, solícita, ocultar

las lágrimas que a veces me desbordan.

¡El sufrimiento tiene sus encantos

si a sabiendas con flores se le adorna!

Por brindar a Jesús algún consuelo,

yo deseo sufrir sin pregonarlo.

Mi alegría es sentir que Él me sonríe

cuando mi corazón está exiliado…

Mi alegría es luchar siempre, sin tregua,

a fin de prohijar más elegido.

Es decir a Jesús, frecuentemente,

el corazón en llamas encendido :

« Me siento afortunada cuando sufro

por ti, divino Niño, mi hermanito;

en este mundo, mi única alegría

es poderte inundar de regocijo.

Yo quisiera vivir aún largo tiempo,

si este es tu deseo, mi Señor;

más quisiera también seguirte al cielo

si te contenta más, esta, tu opción.

El amor, fuego ardiente de la patria,

no cesa de abrasar mi corazón.

¿Qué me importa la vida, qué la muerte?

¡Mi alegría es amarte con pasión!»

-Fuente: Sanctuaire de Lisieux


Arrojar flores

“Jesús, Amado mío,

al pie de tu calvario

quiero, todas las tardes,

arrojarte mis flores,

deshojarte mi rosa

-mi rosa primavera -

y enjugar con sus pétalos

tu llanto, mi Señor.

¡Arrojarte mis flores,

ofrecerte en primicia

sacrificios pequeños,

mis suspiros más leves,

mis dolores más hondos,

y mi dicha y mis penas...,

arrojarte mis flores

y mi rosa, Señor!

De tu inmensa belleza

se ha prendado mi alma.

Yo quiero prodigarte

mis flores y perfumes,

por tu amor arrojarlos

sobre el ala del viento

e inflamar corazones

para ti, mi Señor.

Y cuando sufro y lucho

por salvar pecadores,

arrojarte mis flores.

Mis flores son el arma

que me da la victoria.

Te desarmo y te venzo

con mis flores, Señor.

Mis flores con sus pétalos

acarician tu rostro

y te dicen que es tuyo

todo mi corazón.

De mi rosa en deshoje

tú entiendes el lenguaje,

miras y le sonríes

a mi amor tú, Señor.

¡Arrojarte mis flores,

repetir mi alabanza

es mi única alegría,

es todo mi placer

en este oscuro valle

de sombras y de lágrimas!

Al cielo pronto iré,

con los pequeños ángeles

iré a arrojarte flores

¡Mis flores, oh Señor!"

(Teresa del Niño Jesús y la Santa Faz - 28 de junio de 1896.)

Reza en el momento presente con un poema de Santa Teresita

La paternidad de la plenitud de la conciencia puede ser atribuida, al menos en parte, a los Padres del Desierto, quienes hablan de ser conscientes del momento presente, con la mente y el espíritu dirigidos hacia el futuro y no hacia el pasado; en realidad, se debe estar bien anclado en lo que está sucediendo aquí y ahora, lo cual hace que sintamos mejor la presencia de Dios. Santa Teresita tuvo dicha intuición cuando escribió "mi canción de hoy". Leer este poema es una hermosa forma de entrar en comunión con Dios.

“Mi vida es un instante, una hora pasajera,

mi vida es un momento que escapa fugitivo:

Tú lo sabes, Dios mío, para amarte en la tierra

no tengo más que hoy.

Oh Jesús, yo te amo, a Ti mi alma aspira…

Tan sólo por un día, sé Tú mi dulce apoyo:

Ven y reina en mi alma y dame tu sonrisa,

tan sólo para hoy.

¿Qué me importa, Señor, del porvenir sombrío?

¿Rogarte por mañana? Oh no, yo no lo puedo.

Conserva mi alma pura; cúbreme de tus alas,

tan sólo para hoy.

Si pienso en el mañana, temo por mi inconstancia,

siento que en mi alma nacen tristeza y desaliento,

mas, sí, Dios mío, quiero sufrir y ser probado

tan sólo para hoy.

¡Pan vivo, pan del cielo, divina Eucaristía,

oh misterio sublime que el amor inventó!

Ven y mora en mi alma, Jesús, mi blanca Hostia,

tan sólo para hoy.

El racimo de amor, con las almas por granos,

sólo formarlo puedo en este día que huye…

¡Oh! Dame, Jesús mío, de un apóstol las llamas,

tan sólo para hoy.

Pronto quiero volar para contar sus glorias

cuando el sol sin poniente me dará su fulgor:

entonces cantaré con la lira del ángel

un sempiterno hoy”.

Reza todos los días con Santa Teresita

Además de componer poemas, Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz demostraba su amor infinito por el Señor orándole. Tú también puedes expresar lo que sientes a Dios rezando cada día con Santa Teresa, y dejando que ella transforme tu cotidiano. Además, puedes hacer una novena en línea a Santa Teresita y seguir el caminito de Teresita que te conducirá a Cristo. También puedes conocer todas las comunidades que Hozana te ofrece para reforzar tu vida de oración cotidiana.