Casarse por la Iglesia

El Catecismo de la Iglesia católica define el matrimonio como uno de los siete sacramentos  que se define como "la alianza matrimonial, por la que un hombre y una mujer constituyen una íntima comunidad de vida y de amor" (nº 1660). A continuación, te invitamos a descubrir cinco de las principales razones que explican la importancia de casarse por la Iglesia, basándose en algunos elementos del Catecismo.

¿Por qué casarse por la iglesia?

Casarse por la iglesia es importante porque Dios mismo instituyó el matrimonio

El matrimonio por la Iglesia es una forma de recordar que Dios mismo fue quien instituyó el matrimonio. Al respecto, el número 1601 afirma que "la alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados". En este orden de ideas, según el plan original de Dios, la unión matrimonial es indisoluble, como lo afirmó el mismo Jesucristo: "Que el hombre no separe lo que Dios ha unido" (Mt. 19, 6 - El Libro del Pueblo de Dios).

Casarse por la Iglesia es necesario porque el matrimonio es un sacramento

El matrimonio es un sacramento, y como tal se celebra en la iglesia. Al respecto, el nº 1661 lo define como “la unión de Cristo con la Iglesia”, el cual “da a los esposos la gracia de amarse con el amor con que Cristo amó a su Iglesia; la gracia del sacramento perfecciona así el amor humano de los esposos, reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el camino de la vida eterna" (n° 1661).

Casarse por la iglesia para dar testimonio

Casarse por la Iglesia permite dar un testimonio solemne, puesto que la celebración misma se hace de manera pública. Al respecto, el número 1663 del Catecismo nos permite profundizar mediante las siguientes afirmaciones: "dado que el matrimonio establece a los cónyuges en un estado público de vida en la Iglesia, la celebración del mismo se hace ordinariamente de modo público, en el marco de una celebración litúrgica, ante el sacerdote (o el testigo cualificado de la Iglesia), los testigos y la asamblea de los fieles" (n° 1663).

Tengamos presente que, desde el momento en que una pareja decide casarse por la Iglesia, está dando testimonio de un amor que desea perdurar y dar fruto. 

En este orden de ideas, el n° 1631 completa lo anterior dando cuatro razones por las que la Iglesia "exige ordinariamente para sus fieles la forma eclesiástica de la celebración del matrimonio":

  • "El matrimonio sacramental es un acto litúrgico. Por tanto, es conveniente que sea celebrado en la liturgia pública de la Iglesia".
  • "El matrimonio introduce en un ordo eclesial, crea derechos y deberes en la Iglesia entre los esposos y para con los hijos".
  • "Por ser el matrimonio un estado de vida en la Iglesia, es preciso que exista certeza sobre él (de ahí la obligación de tener testigos)".
  • "El carácter público del consentimiento protege el "Sí" una vez dado y ayuda a permanecer fiel a él".

Casarse por la Iglesia para amarse como Dios ama

Casarse por la Iglesia no es sólo tener la intención de aprender a amarse, sino que requiere amar al otro como Dios nos ama ("Maridos, amen a su esposa, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella", nos dice San Pablo en el versículo 25 del capítulo 5 de su carta a los Efesios). Y para amar a la manera de Dios, una pareja necesita necesariamente a Dios. De hecho, la pareja puede aprender a lo largo de su vida a amarse como Dios ama, una vez haya pasado por la gracia del sacramento del matrimonio en la Iglesia, que los ayudará a cultivar un amor verdadero cada día.

Casarse por la Iglesia significa confiar más en la ayuda de Dios que en sus propias fuerzas

"Separados de mí, nada pueden hacer", nos dice Jesús en el Evangelio de Juan (Jn 15,5). En otras palabras, cuando se decide casarse por la iglesia también  se está poniendo a Dios en el centro de la pareja, lo cual demuestra a su vez que se confía más en la ayuda y la asistencia de Dios que en sus propias fuerzas. En efecto, para amarse como Dios ama, la pareja necesita necesariamente la gracia de Dios, y todos estos elementos juntos le permitirán alcanzar la santidad mediante el sacramento del matrimonio.

¡Vive el amor verdadero en Hozana!

El sacramento del matrimonio es un don que el Señor nos ha regalado y que debemos cuidar constantemente, y una buena manera de hacerlo es mediante la oración. Por eso Hozana ha puesto a tu disposición una serie de comunidades de oración en línea que te permitirán vivir el amor como Dios lo desea. Por ejemplo: