“Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio”
“Estamos llamados a salir de nuestros hogares con sensibilidad, con respeto por los demás, con el deseo de compartir con todos los que encontremos en el camino esa palabra de gracia, que tiene el poder de edificar. Estamos llamados a ser discípulos misioneros." (Homilía de S.S. Francisco).
Es verdad que en nuestras vidas hemos abandonado a Cristo muchas veces, pero eso a Jesús no le importa. Él nos llama a predicar el evangelio con un ardor de caridad que nos obligue a transmitir a los demás la verdad que hemos encontrado.
Es por ello que Jesús nos dará la fuerza para ser tanto de palabra como de obra un ferviente testimonio del evangelio. Pero es necesario buscarle y hacerlo cada día.
Señor Jesús, para poder evangelizar necesito tenerte en el centro de mi vida. Y eso, ¿qué implica? Tenerte presente a lo largo de todo el día, en mis diversas actividades, para llegar a ser una persona de oración y de acción, que podrá presentar la belleza de tu amor con naturalidad y alegría, con astucia y constancia, de modo que, sobre todo mi testimonio, sea una ayuda para que otros quieran conocerte, amarte y seguirte.
Ayúdanos, Padre, a ser lo que hoy y cada día quieres de nosotros: testimonios de la Palabra que hemos recibido a imitación de nuestros misioneros y misioneras.
¡Gracias! 16 personas oraron
"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6