Reconciliarse con Dios

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¡Quedarse dormido durante la vigilia no es un problema! Lo importante es despertarse. Juan Pablo II nos dice que «no somos la suma de nuestras debilidades y nuestros fracasos, somos la suma del amor que el Padre nos da y de nuestra capacidad a convertirnos en la imagen de su Hijo». Y la primera cosa a imitar de Jesús es la oración, el camino único que conduce a Dios como dice Santa Teresa de Ávila: el Hijo de Dios se retira con frecuencia para hablar con su Padre y comienza sus tres años de vida pública con 40 días de oración en el desierto (Mateo 4, 1-11 y Lucas 4, 1-13).

 

¡Es más fácil decirlo que hacerlo! A menudo nuestro día a día está sobrecargado y hay mil cosas más urgentes que orar. Jesús también fue tentado, y ha señalado las tentaciones que se nos presentan cuando queremos orar, y contra las que tenemos que luchar:

 

« Hay cosas más importantes » : en el desierto, Jesús tiene hambre, que es una necesidad legítima. Necesitamos dormir, debemos trabajar, tenemos citas importantes… Pero olvidamos con frecuencia que LA cita más importante, es con Dios: «El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios » responde Jesús al Tentador (Mateo 4, 4).

 

« No sirve de nada » : a menudo nos parece que la oración es inútil, que no da fruto, que es una pérdida de tiempo… ¡Después de todo, Dios es el Todopoderoso y podría actuar sin que tengamos que rezarle! Así, tentamos a Dios: “Si tú haces esto, yo iré a misa”. Jesús lucha contra el deseo de “tentar” a Dios: « No tentarás al Señor tu Dios » (Mateo 4, 7)

 

« Hay cosas más divertidas » : mirar una serie, navegar en Internet, ver a los amigos. Todas estas cosas son buenas pero podemos darle tanta importancia en nuestras vidas que limitan nuestra libertad y se vuelven ídolos : sepamos reconocer las ocupaciones que nos alejan de Dios y respondamos como Jesús: « Adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo servirás » (Mateo 4, 10). La oración nos ayuda a poner a Dios en el centro de nuestra vida.

 

Todas estas tentaciones se mezclan unas con otras y con frecuencia son un obstáculo a la oración, ¡es normal!. Hoy, te proponemos de identificarlas y ponerlas en las manos de Dios para que él nos ayude. El espera una única cosa, que demos un paso hacia El.

 

Oración:

Señor, incluso si me he alejado de tí,

yo sé que tú no me abandonas y que me muestras el camino para ir hacia tí.

Ayúdame a ver todo lo que me adormece en mi vigilia: distracciones, tentaciones, pereza…

y dame la fuerza de rezarte cada día para ponerte en el centro de mi vida.

Oración de la comunidad

Padre nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

¡Gracias! 117 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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