Vivir de la Esperanza

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A veces, alrededor de nosotros sólo existe la noche oscura: ni rastro de luz que podamos seguir. Pero los pastores han encendido un fuego para nosotros en el corazón de esta noche. Ellos velan sus rebaños hasta el alba y sobretodo, esperan una Luz aún más grande: ¡un Salvador, anunciado por los profetas!

 

Como los pastores, nosotros esperamos ser salvados. Pero a diferencia de ellos, nosotros sabemos que Cristo ha vencido la muerte y que nos ha prometido la Vida eterna. «No deben afligirse como hacen los demás que no tienen esperanza. ¿No creemos que Jesús murió y resucitó? De la misma manera, pues, Dios hará que Jesús se lleve con él a los que ahora descansan. » ( 1 Tesalonicenses,4,13-14)

 

¿Pero vivimos de esta esperanza? No es refugiarse en un sueño ingenuo y olvidar el presente; es vivir el presente sin olvidar que Dios nos ama y nos espera a su lado. Esa luz será para nosotros más que una estrella lejana, ella iluminará cada día nuestros pasos.

 

Vivir la esperanza, es negarse a dejarse llevar por la corriente y conservar el norte a pesar de las tormentas que debemos afrontar. « Esta es nuestra ancla espiritual, segura y firme » nos dice San Pablo. Con frecuencia, es durante esas tormentas en las que experimentamos profundamente esta esperanza. Pero si vivimos de la esperanza, conoceremos una alegría que nada ni nadie podrá quitarnos.

 

Hoy te proponemos de vivir y de releer este día bajo la luz de la oración de San Francisco:

En medio de las tinieblas, ¿yo pongo la luz?

En medio de la desesperación, ¿yo pongo la esperanza?

En medio de la tristeza, ¿yo pongo la alegría?

 

Oración:

Dios mío, despierta en mí el verdadero significado de la espera, la espera de la vida eterna.

Ayúdame a vivir la esperanza de la Resurrección, no como un ideal lejano, sino como el camino que lleva a la Vida, desde hoy.

Oración de la comunidad

Padre nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

¡Gracias! 136 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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