Envíanos Padre un ángel de consuelo

Queridos amigos:

Celebramos hoy la fiesta de los ángeles custodios. Y pensé en el ángel que consoló a Jesús en Getsemaní, y también pensé en otro ángel caído que le tentó en el desierto. Y no es que haya pensado en ellos por pensar, sino porque a uno, al primero, lo necesito, quiero que venga a consolarme como a Jesús, y al segundo, al diablo, lo sufro, sé que existe y que como león rugiente busca a quien devorar.

Esa batalla espiritual es real y lo podemos ver en el mundo en que vivimos. La lucha entre el mal y el bien. También esa lucha la tenemos en nuestro interior. Y desde luego cuánto más avanza una persona en la vida espiritual y se va acercando a Dios la lucha es más fuerte. Pero es lógico, el demonio no quiere que se le escape una persona que si llega a ser santa acercará muchas almas a Dios.

De hecho, como ya hemos comentado en otras ocasiones como explica San Juan de la Cruz con el que volvemos hoy, porque ya le echábamos de menos, cuando un alma llega al matrimonio espiritual lleva a otras almas a Dios prácticamente sin hacer nada, y es porque estando en esa vía ella participa de las cualidades de Dios y por tanto su sola presencia atrae y convierte a las almas, ¿qué interesante verdad?

Por eso hoy os traigo un texto del Cántico Espiritual donde San Juan de la Cruz habla de esto y es en la anotación para la canción 16:

“Pues como la Esposa tiene ya las virtudes puestas en el alma en el punto de su perfección en que está gozando de ordinaria paz en las visitas que el Amado le hace, algunas veces goza subidísimamente la suavidad y fragancia de ellas por el toque que el Amado hace en ellas, bien, así como se gusta la suavidad y hermosura de las azucenas y flores cuando están abiertas y las tratan. Porque en muchas de estas visitas ve el alma en su espíritu todas las virtudes suyas, obrando él en ella esta luz; y ella entonces, con admirable deleite y sabor de amor, las junta todas y las ofrece al Amado como una piña de hermosas flores, y recibiéndolas el Amado entonces (porque de veras las recibe), recibe en ello gran servicio. Todo lo cual pasa dentro del alma, en que siente ella estar el Amado como en su propio lecho, porque el alma se ofrece juntamente con las virtudes, que es el mayor servicio que ella le puede hacer, y así uno de los mayores deleites que en el trato interior con Dios ella suele recibir en esta manera de don que hace al Amado.   

Y conociendo el demonio esta prosperidad del alma (el cual, por su gran malicia, todo el bien que en ella ve envidia), a este tiempo usa de toda su habilidad y ejercita todas sus artes para poder turbar en el alma siquiera una mínima parte de este bien. Porque más precia él impedir a esta alma un quilate de esta su riqueza y glorioso deleite que hacer caer a otras muchas en otros muchos y graves pecados; porque las otras tienen poco o nada que perder, y ésta mucho, porque tiene mucho ganado y muy precioso; así como perder un poco de oro muy primo es más que perder mucho de otros bajos metales.

Aprovechase aquí el demonio de los apetitos sensitivos (aunque con éstos en este estado las más veces puede muy poco o nada, por estar ya ellos amortiguados) y, de que con esto no puede, representa a la imaginación muchas variedades, y a las veces levanta en la parte sensitiva muchos movimientos, como después se dirá, y otras molestias que causa, así espirituales como sensitivas. De las cuales no es en mano del alma poderse librar hasta que el Señor envía su ángel, como se dice en el salmo (33,8), en derredor de los que le temen, y los libra, y hace paz y tranquilidad, así en la parte sensitiva como en la espiritual del alma”

Por eso, aunque aquí está hablando San Juan de la Cruz de partes muy avanzadas de la vida espiritual del alma, no perdamos de vista que la lucha existe desde el principio, aunque es verdad que en estas fases se incrementa. 

Y esto nos puede ayudar a darnos cuenta de que muchas veces por causas naturales no podemos conseguir nada si estamos en una lucha espiritual en la que como dice el santo hasta que Dios no envía su ángel no se sale. Y tal vez esto pueda ayudar a alguien que se encuentre en este estado ahora, a ver que es Dios quien lleva las riendas del proceso, y que cuando Él lo tenga dispuesto vendrá el ángel a consolarle. Y por tanto aprender a esperar y a confiar, y sobre todo no dejar de invocar a Jesús para que venga en nuestra ayuda y también a nuestro ángel y al Arcángel San Miguel que vence al maligno.  

Este mismo texto y algo más lo podéis volver a escuchar en este vídeo que os pongo a continuación:

¡Hasta la próxima semana amigos!

Oración de la comunidad

Jesús tu nombre me sana

Jesús, repito tu dulce Nombre, tranquilamente, empiezo a descansar en Ti, confío en Ti. Jesús, Tu sabes que estoy lleno de preocupaciones. Respiro suavemente , repito tu dulce Nombre y pongo todo el peso de mis ansiedades en tu hombro divino. Y ahora apoyo mi rostro en tu regazo y me dejo acariciar por tu mano dulce que me da tanta seguridad. Oigo tu voz suave que me dice que nada tema que Tú estás aquí conmigo. Jesús, Jesús, Jesús...

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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