Día 30: Cierre de Esperanza

Un Saludo de Paz y Bien

Iniciamos este momento final del retiro en el Nombre del Padre, en el Nombre del Hijo y en el Nombre del Espíritu Santo. Amén.

Recuerda tomarte unos minutos, disponer tu mente, tu corazón, tu espacio físico, es decir, el lugar en el que te encuentras para compartir con Dios en tu interior. Tómate el tiempo necesario para revisar todo lo que has escrito.

Fragmento Final

La respuesta que llega mediante esta participación, a lo largo del camino del encuentro interior con el Maestro, es a su vez algo más que una mera respuesta abstracta a la pregunta acerca del sentido del sufrimiento. Ésta es, en efecto, ante todo una llamada. Es una vocación. Cristo no explica abstractamente las razones del sufrimiento, sino que ante todo dice: “Sígueme”, “ven”, toma parte con tu sufrimiento en esta obra de salvación del mundo que se realiza a través de mi sufrimiento. Por medio de mi Cruz. A medida que el hombre toma su cruz, uniéndose espiritualmente a la cruz de Cristo, se revela ante él el sentido salvífico del sufrimiento. El hombre no descubre este sentido a nivel humano, sino a nivel del sufrimiento de Cristo. Pero al mismo tiempo, de este nivel de Cristo aquel sentido salvífico del sufrimiento desciende al nivel humano y se hace, en cierto modo, su respuesta personal. Entonces el hombre encuentra en su sufrimiento la paz interior e incluso la alegría espiritual (Juan Pablo II, 2011).

Reflexión Final

Jesús muestra las llagas de la cruz, porque la cruz sigue en el cuerpo resucitado, solo que la cruz es una cruz resucitada, vencida. Cuando Jesús muestra sus llagas está diciendo: “con este amor los amé” pero está diciendo algo más: Toda experiencia del resucitado es una experiencia de amor de la cruz. Jesús está vivo, pero con la fuerza del amor de la cruz, no se puede separar. Hay que hacer la pascua que dentro de la cruz salga la resurrección (…) De dentro de la cruz salió una flor y un fruto, la cruz floreció, dio fruto no era una cruz estéril, el dolor es fecundo, este amor es fecundo no es muerte es vida, cuando la vida se retiene se muere como el grano de trigo, cuando la vida se entrega y se revienta como la semilla da fruto. Eso es la cruz, de dentro de la cruz viene la resurrección. Dice Jesús en el versículo 21 en seguida: “la mujer cuando va a dar a luz está triste, porque va a dar a luz un hijo” la cruz duele así, parece que no hay mañana, que no hay futuro, pero mire que dice ahí “pero la mujer una vez que termina el parto cuando ya ha dado a luz, ni se acuerda del dolor por la alegría de haber traído un hijo al mundo” así pasa con la cruz, duele mucho, pero la alegría es tan grande que al final dice valió la pena. Quedémonos con esta conclusión, el dolor de la cruz es un dolor de vida, como ocurre también con un dolor de parto, el dolor de parto no es para morir, es para dar una vida, regalar una vida al mundo. Y entonces, la pregunta que me tengo que hacer cuando paso por una adversidad, sufrimiento dolor, ¿qué va a nacer de nuevo de este dolor? ¿qué está engendrando de nuevo el Señor? Solo Jesucristo dio una respuesta convincente al sentido del sufrimiento, porque el sentido no es buscarle una explicación, el sentido consiste en convertirlo en un ejercicio de parto, en una generación de vida en una contribución a la vida la tuya y ala de los demás. EL problema no es la cruz es cómo la entiendes y qué haces con ella (Padre Fidel Oñoro, 2020).

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Oración Final

En nuestro cuaderno o libreta vamos a agradecer todo lo entendido, lo vivido, lo aprendido. Vamos a hacer planas de gratitud como cuando éramos niños y teníamos que repetir varias veces una letra para hacerla bien, así mismo con estas acciones de gracias. Así cuando estemos pasando por momentos difíciles, nos recordemos que las bendiciones siempre son más.


Breves conclusiones

  • Iniciamos este camino con la apertura hacia adentro. Es difícil pero de la mano del Señor, lo logramos.
  • Reconocimos que el sufrimiento es inherente a nuestra condición humana y es universal.
  • Aprendimos que el dolor del alma puede manifestarse también en el dolor del cuerpo y de la psique o mente.
  • Leímos ejemplos del Antiguo Testamento de personas que sufrían y cuyos dolores se manifestaban en los órganos.
  • En nuestro camino interior acompañados de la formación bíblica del Padre Fidel Oñoro, reconocimos que el sentido del sufrimiento está en la actitud con la cual afrontamos la cruz, que puede ser cualquier adversidad.
  • Aprendimos también el dinamismo de vida que nos entrega Jesús: Negarnos a nosotros mismos y cargar con nuestra cruz, pero no para aplastarnos con ella sino para transportarla.
  • Depende de nosotros hacerle el proceso de viacrucis a nuestras cruces para morirlas con Jesús y resucitarlas con Jesús.
  • Entregarle el dolor, el sufrimiento por aquellos que amamos, una forma de morir para vivir en el amor, por amor y para amar desde la Fuente de Amor que es Jesús en nosotros y con nosotros.
  • Finalmente reconocer, si requerimos de un proceso más profundo tanto espiritual como psicológico para que, acompañados, logremos hacer el camino pascual con nuestras cruces y darle un sentido distinto a una realidad humana y universal para dar vida en el amor y con el Amor.
  • Recordemos que cada persona tiene una forma de vivir, entender, sentir y experimentar la vida.

Agradecimientos

A Dios por su presencia viva en cada uno de nosotros que participó, participa y participará de este retiro.  A  cada uno de ustedes por escucharme, leerme, tenerme paciencia y seguir aquí. Aprendí y recibí con mucho amor cada oración que también hicieron por mí, y cada comentario que compartieron. Me sigo encomendando a sus oraciones para que siempre sea la Psicóloga Clínica que el Señor me ha llamado a ser.

Haciendo click aquí encuentran cómo contactarme por si alguno de ustedes desea profundizar y dejarse acompañar desde la psicología y la fe en oración por mí en un proceso, o si saben de alguien que necesita un espacio de acompañamiento psicológico desde la fe y en oración, siempre serán bienvenidos. 









Oración de la comunidad

Oración

Señor Jesús uno mi dolor a tu dolor en la cruz y te lo ofrezco por mi sanación física, emocional, mental y la unidad de mi familia. San Juan Pablo II ruega por nosotros.

¡Gracias! 187 personas oraron

29 comentarios

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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