Dificultades en la vida de oración de Santa Teresa de Jesús

Queridos amigos:

Lo que más me gusta de Santa Teresa es su espontaneidad y sinceridad al hablarnos de su vida. Y como es una gran maestra de oración nos habla mucho de los problemas que ella misma tuvo en la oración. 

Y creo que es buenísimo para todos nosotros saber que una gran santa como Teresa tuvo las mismas dificultades que nosotros tenemos Y también saber que adquirir el hábito de la oración al principio no es fácil, pero merece la pena perseverar un día y otro, porque llega un momento en que en nuestra alma se hace como un clic y ya no podemos vivir sin oración. Es como atravesar cierta frontera en la que, aunque sí hay vuelta atrás, esta es mucho más costosa que al principio. Y merece la pena llegar a esta frontera porque la oración de intimidad con Dios es lo más importante porque significa enamorarse cada vez más de Dios, y con ese amor, amar a los demás.    

Hoy os pongo varios extractos del Libro de la Vida en los capítulos 7 y 8 en los que la santa habla de sus dificultades en la oración y tengamos en cuenta que la santa ya estaba en el monasterio, ya era monja:

“Pues así comencé de pasatiempo en pasatiempo, de vanidad en vanidad, de ocasión en ocasión, a meterme tanto en muy grandes ocasiones y andar tan estragada mi alma en muchas vanidades, que ya no tenía vergüenza de en tan particular amistad como es tratar de oración tornarme a llegar a Dios. Y ayudóme a esto que, como crecieron los pecados, comenzóme a faltar el gusto y regalo en las cosas de la virtud. Veía yo muy claro, Señor mío, que me faltaba esto a mí por fallaros yo a Vos.

Este fue el más terrible engaño que el demonio me podía hacer debajo de parecer humildad: que comencé a dejar de tener oración al verme tan perdida que comencé a temer de andar como los muchos, pues en ser ruin era de los peores y rezar lo que estaba obligada y vocalmente que no tener oración mental y tanto trato con Dios la que merecía estar con los demonios y que engañaba a la gente porque en el exterior tenía buenas apariencias.  “

Vemos ahora como Santa Teresa consulta con un padre dominico que le aconseja que no deje la oración:

“Este padre Dominico, que era muy bueno y temeroso de Dios, me hizo harto provecho porque me confesé con él y tornó a hacer bien a mi alma con cuidado y hacerme entender la perdición que traía. Hacíame comulgar de quince en quince días. Y poco a poco, comenzándole a tratar, le hablé de mi oración. Me dijo que no la dejase, que de ninguna manera me podía hacer cosas que no fuera sino de provecho. Comencé a tornar a ella, aunque no a quitarme de las ocasiones y nunca más la dejé.”

“Pasaba una vida trabajosísima porque en la oración entendía más mis faltas. Por una parte, me llamaba Dios. Por otra, yo seguía al mundo. Dábame gran contento todas las cosas de Dios. Teníanme atada las del mundo. Parece que quería concertar estos dos contrarios -tan enemigo uno del otro- como es vida espiritual y contentos y gustos y pasatiempos sensuales. En la oración pasaba gran trabajo porque no andaba el espíritu como un señor sino como un esclavo y así no me podía encerrar dentro de mí (que era todo el modo de proceder que llevaba en la oración) sin encerrar conmigo mil vanidades. Pasé así muchos años, que ahora me espanto qué sujeto bastó a sufrir que no dejase lo uno o lo otro. Bien sé que dejar la oración no estaba ya en mi mano porque me tenía con las suyas el que me quería para hacer mayores mercedes”.

No sé si tú tienes ahora hábito de oración o tal vez lo estás intentado y también como le pasó a Santa Teresa andas con tu corazón dividido. Pero si perseveras, si sigues un día y otro, aunque te cueste, aunque a veces lo único que hagas sea mirar el reloj, llegará un día que ese calorcillo del amor de Dios habrá calentado tu corazón y ya no te podrás apartar de Él. Merece la pena, te lo dice la santa por propia experiencia.

Así se lo pedimos a Jesús por intercesión de Teresa.

Oración a Jesús

Querido Jesús. Tú sabes que he intentando hacer oración de intimidad contigo todos los días, pero a veces me he desanimado y lo he dejado. Pero sé Jesús que cuando estoy contigo aunque no sienta nada Tú estás ahí, mirándome, amándome, calentándome el corazón. Y me esperas cada día como un enamorado, deseando que venga a descansar a tu corazón, a hacerte mis confidencias, a dejarme amar. Por eso te pido Jesús, por intercesión de Santa Teresa, que no deje de acudir a mi cita amorosa contigo. Y que si no sé como hacerlo o no tengo fuerzas hable con alguien que me ayude como hizo Santa Teresa. Te lo pido Jesús. Te amo. Amén.   

Y para terminar un video muy breve sobre la Santa , espero que os guste:

¡Hasta mañana queridos amigos!

  

Oración de la comunidad

El Señor es mi luz y mi salvación. Salmo 26.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan los malvados para devorar mi carne, ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y caen. Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo. Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. Él me protegerá en su tienda el día del peligro; me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca; y así levantaré la cabeza sobre el enemigo que me cerca; en su tienda sacrificaré sacrificios de aclamación: cantaré y tocaré para el Señor. Amén.

¡Gracias! 361 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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