8-La Preciosísima Sangre de Jesús nos purifica en el Sacramento del Bautismo

Oración de Santa María Magdalena de Pazzi y Acto de Contrición

Padre Eterno, cubre mis labios con la Preciosísima Sangre de tu amado Hijo, de manera que mis oraciones sean purificadas antes de ascender a tu divino altar.

Dios mío, me arrepiento de todo corazón de todos mis pecados y los aborrezco, porque al pecar, no sólo merezco las penas establecidas por ti justamente, sino principalmente porque te ofendí, a ti sumo Bien y digno de amor por encima de todas las cosas. Por eso propongo firmemente, con ayuda de tu gracia, no pecar más en adelante y huir de toda ocasión de pecado.

Amén

Reflexión sobre la obra redentora del Señor

Jesucristo, expirando en la Cruz, acababa de consumar el sacrificio de justicia y de caridad que el Divino Cordero ofreció por nosotros sobre aquel Altar de su misericordia; uno de los soldados que estaban en el Calvario tomó una lanza e hiriendo el Sagrado costado de Jesucristo le abrió e hizo salir de él agua y sangre, símbolo, según San Agustín, de los Sacramentos que purifican y alimentan.
Así, en esta agua purísima está figurado el Sacramento del Bautismo, fuente de regeneración y de vida por la cual somos regenerados a la gracia. Mas ¿de dónde viene a esta agua la admirable virtud de purificar las almas del pecado original en los niños y de él y de todos los pecados actuales en los adultos que reciben este Sacramento? ¿De dónde se deriva tan grande eficacia en este elemento?
El abad Ruperto responde: “se deriva de la Sangre Preciosísima de Jesucristo; por la unión y mezcla del agua con la Sangre del Redentor, el agua ha adquirido una virtud tan eficaz y maravillosa.”
De donde resulta que todos los efectos que el Bautismo produce en el alma traen su origen de esta Sangre Preciosísima; por ella somos regenerados a la gracia; por ella hemos venido a ser hijos de Dios por adopción, hermanos de Jesucristo, herederos del paraíso. ¡Oh misterios sublimes de la bondad inefable de Jesucristo! ¡Oh poder inefable de esta Sangre!
Pero ¿cómo hemos mantenido esta vida de gracia que se nos dio en el Bautismo? ¿Cómo hemos conservado esta inocencia del Bautismo con que nuestra alma ha sido embellecida por la virtud de la Sangre de Jesucristo? ¡Ay! a los primeros albores de la razón, ¿no hemos perdido la hermosa vestidura de la inocencia del Bautismo? ¿No hemos manchado esta alma lavada en la Sangre del Divino Cordero? ¿No podemos decir llorando con San Agustín, «dónde y cuándo he sido inocente»?
Hemos sido hechos hijos de Dios por el Bautismo, y después de tan gran favor, dejamos de obrar según el espíritu de Dios; hijos somos de la luz, y nuestras obras son obras de tinieblas; hemos sido elevados a la herencia celestial, y nosotros nos hemos hecho esclavos de Lucifer. “Reconoce, pues, oh cristiano, exclamaré con el grande Pontífice San León, reconoce tu dignidad, y después de haber sido hecho participante de la naturaleza divina por el Bautismo, no seas tan vil que vayas a tomar de nuevo ese yugo infernal, del que te ha libertado la Sangre de Jesucristo:” Agnosce, o christiane, dignitaten tuam et divinae consors factus naturae noli in veterem vilitatem degeneri conversatione transire. Somos hijos de Dios; pues sean dictadas nuestras obras por el espíritu de Dios: Hi sunt fili Dei, qui spiritu Dei aguntur. Hermanos de Jesucristo y herederos del cielo, no apeguemos a la tierra nuestro corazón: Agnosce, o christiane, dignitatem tuam. 

Rosario a las Santas Llagas/Rosario de la Preciosísima Sangre (A elección)

(Se usa un rosario normal, se presentan en paralelo)

Al inicio:

Oh Jesús, divino redentor, sé misericordioso con nosotros y con el mundo entero. Amén

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén

¡Perdón! ¡Misericordia, Jesús mío!; durante los peligros presentes, cúbrenos con tu preciosa sangre. Amén

Padre Eterno, ten Piedad y Misericordia por la Sangre de Jesucristo, Tu Único Hijo. Ten Misericordia de nosotros, Te suplicamos.

Amén. Amén. Amén.

Cuentas grandes:

Bendita sea la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, que con ella nos redimió.

/

Padre Eterno, te ofrezco las Santas Llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para sanar las llagas de nuestras almas.

Cuentas pequeñas:

Preciosísima Sangre de Cristo, lávanos. Preciosísima Sangre de Cristo, defiéndenos.

/

Jesús mío, perdón y misericordia, por los méritos de tus Santas Llagas.

Cadena:

Jesucristo, aplaca tu ira, tu justicia y tu rigor. Líbranos de esta epidemia, misericordia Señor.

/

María, madre llena de aflicción, las llagas de tu Hijo graba en mi corazón.

Al finalizar:

Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.

/

Padre Eterno, te ofrezco las Santas Llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para sanar las llagas de nuestras almas (3 veces).

Gozos (Opcional)

Pues morís, Padre y Señor,

En una Cruz afrentosa,

Por vuestra Sangre preciosa,

Dadnos Jesús, vuestro amor.


Esposo de sangre hermoso,

Que en vuestra Circuncisión,

Con ternura y compasión

La derramáis cariñoso:

Y aunque tierno y amoroso

Lloráis por el pecador:

Por vuestra Sangre preciosa,

Dadnos Jesús, vuestro amor.


Entre el huerto de las penas,

Entre angustias y agonías,

Dais amante por mil vías

La Sangre de vuestras venas:

Y pues con dulces cadenas

Rendís nuestro desamor:

Por vuestra Sangre preciosa,

Dadnos Jesús, vuestro amor.


Ríos de Sangre corrieron

De vuestro Cuerpo sagrado,

Cuando a golpes maltratado

Con tanto azote le hirieron:

Todo una llaga os hicieron,

Siendo el hombre el ofensor:

Por vuestra Sangre preciosa,

Dadnos Jesús, vuestro amor.


Vos de espinas coronado

Tanta Sangre derramáis,

Que casi, mi bien, cegáis,

Todo el rostro ensangrentado:

Y pues tierno y lastimado

Pagáis por vuestro deudor:

Por vuestra Sangre preciosa,

Dadnos Jesús, vuestro amor.


Al llegar desfallecido

Y sin aliento al Calvario,

Un aleve y temerario

Os arrebata el vestido:

Piel y Sangre, mal herido,

Nos dais en este rigor:

Por vuestra Sangre preciosa,

Dadnos Jesús, vuestro amor.


Clavos son nuestros delitos,

Que en una Cruz os fijaron,

Y pies y manos rasgaron

Con dolores exquisitos:

La sangre de Abel da gritos

En favor de su agresor:

Por vuestra Sangre preciosa,

Dadnos Jesús, vuestro amor.


Difunta vuestra hermosura,

Un ciego, el más atrevido,

El dulce pecho os ha herido,

Derramando con ternura

Raudales de gran dulzura

La Fuente del Salvador:

Por vuestra Sangre preciosa,

Dadnos Jesús, vuestro amor.


Pues morís, Padre y Señor,

En una Cruz afrentosa,

Por vuestra Sangre preciosa,

Dadnos Jesús, vuestro amor.

 

℣. Nos redimiste, Señor, con tu Sangre.

℟. Y nos hiciste un reino para tu Padre y Dios nuestro.


ORACIÓN: Omnipotente y Eterno Dios, que por la Preciosa Sangre de tu Hijo quisiste aplacarte y redimirnos, concédenos te suplicamos, recordarte el precio de nuestra Redención, para que merezcamos alcanzar en esta vida el perdón, y la gloria en la eterna. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Coloquio

¡Qué acción de gracias podrá rendiros mi alma, oh Jesús amabilísimo, por haberme hecho nacer en el gremio de la Santa Iglesia y admitirme a las fuentes sagradas del Bautismo! ¿No pudiera haber nacido entre las tinieblas de la idolatría y de la infidelidad? Y no obstante, Vos me habéis hecho nacer entre católicos, me habéis purificado en el Bautismo y hecho participante de vuestra Sangre.
Por esto me confundo, viendo que no he correspondido a vuestro amor y cuánto ha degenerado mi vida del carácter de cristiano que imprimisteis en mi alma; yo la he desfigurado, la he envilecido con mis malas obras.
Dios mío purificad de nuevo mi alma, y si de vuestro costado abierto corre unida a vuestra Preciosísima Sangre esa agua que me purificó en el Bautismo, hoy uno yo otra agua a vuestra Sangre vivificante; y esta agua no es otra que el agua de mis lágrimas que vierte un corazón contrito; y estas lágrimas, unidas a vuestra Preciosísima Sangre, forman un baño saludable de penitencia para lavar de nuevo el alma de las manchas contraídas después del Bautismo.

Ejemplo de la vida de un santo

La vestidura blanca que servía para revestir a los neófitos luego que habían recibido el Sacramento de Bautismo, es el lienzo o capillo blanco que se pone sobre los niños después de bautizados; y el símbolo de la limpieza y pureza que el alma adquiere por la Sangre de Jesucristo en este Sacramento, pureza que debemos conservar sin mancha a fin de presentarnos puros y limpios delante del tribunal de Jesucristo después de nuestra muerte. Por esto Santa Marta enseñó esta blanca vestidura a un apóstata, a fin de que reconociese el beneficio recibido en el Bautismo por medio de la Sangre inocente del Cordero inmaculado y volviese de nuevo a la fe que había abandonado.

Jaculatoria

Padre Eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo en expiación por nuestros pecados y por las necesidades de la Santa Iglesia.

(Rezar la cantidad de veces que se quiera)

Letanías

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo óyenos.

Cristo escúchanos.

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

Sangre de Cristo, hijo único del Padre Eterno, sálvanos

Sangre de Cristo, Verbo encarnado,

Sangre de Cristo, Nuevo y Antiguo Testamento,

Sangre de Cristo, derramada sobre la tierra durante su agonía,

Sangre de Cristo, vertida en la flagelación.

Sangre de Cristo, que emanó de la corona de espinas,

Sangre de Cristo, derramada sobre la Cruz,

Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación,

Sangre de Cristo, sin la cual no puede haber remisión,

Sangre de Cristo, alimento eucarístico y purificación de las almas,

Sangre de Cristo, manantial de misericordia,

Sangre de Cristo, victoria sobre los demonios,

Sangre de Cristo, fuerza de los mártires,

Sangre de Cristo, virtud de los confesores,

Sangre de Cristo, fuente de virginidad,

Sangre de Cristo sostén de los que están en peligro.

Sangre de Cristo, alivio de los que sufren,

Sangre de Cristo, consolación en las penas,

Sangre de Cristo, espíritu de los penitentes,

Sangre de Cristo, auxilio de los moribundos,

Sangre de Cristo, paz y dulzura de los corazones,

Sangre de Cristo, prenda de la vida eterna,

Sangre de Cristo que libera a las almas del Purgatorio,

Sangre de Cristo, digna de todo honor y de toda gloria,


Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.


V.- Nos rescataste, Señor, por tu Sangre.

R.- E hiciste nuestro el reino de los cielos.


Oremos: Dios Eterno y Todopoderoso que constituiste a tu hijo único Redentor del mundo, y que quisiste ser apaciguado por su sangre, haz que venerando el precio de nuestra salvación y estando protegidos por él sobre la tierra contra los males de esta vida, recojamos la recompensa eterna en el Cielo.

Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

Oración de la comunidad

Tres ofrecimientos de cierre

Padre Eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre de Jesucristo, en satisfacción por mis pecados, en súplica por las santas almas del Purgatorio y por las necesidades de la Santa Iglesia, especialmente por el alma de... Inmaculado Corazón de María, ofrece al Padre Eterno la Preciosa Sangre de NSJC, por la conversión de los pecadores, especialmente... Padre Eterno, te ofrezco la Preciosísima Sangre de NSJC en unión a todas las Santas Misas celebradas hoy en el mundo entero, por todas las benditas almas del purgatorio. Amén.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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