Misterios de Dolor: La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor

Imagen principal de la publicación

Oremos juntos el Santo Rosario

  1. Haga la “Señal de la Cruz” y rece el “Credo de los Apóstoles”.
  2. Rece el “Padrenuestro”.
  3. Rece tres “Avemarías”.
  4. Rece el “Gloria”.
  5. Anuncie el misterio, luego rece el “Padrenuestro”.
  6. Rece diez “Avemarías” mientras medita sobre el misterio.
  7. Rece un “Gloria”.
  8. Rece la “Salve”.

La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor

La muerte de Jesús tiene una dimensión salvadora universal y para todos los tiempos. Si Jesús vivió llevando la salud y la liberación a todos, su muerte debió ser una donación de la vida a favor de toda la Humanidad.

El Papa Francisco nos invita a:

La noción de bien común incorpora también a las generaciones futuras. Ya no puede hablarse de desarrollo sostenible sin una solidaridad intergeneracional. Cuando pensamos en la situación en que se deja el planeta a las generaciones futuras, entramos en otra lógica, la del don gratuito que recibimos y comunicamos. Si la tierra nos es donada, ya no podemos pensar sólo desde un criterio utilitarista de eficiencia y productividad para el beneficio individual. No estamos hablando de una actitud opcional, sino de una cuestión básica de justicia, ya que la tierra que recibimos pertenece también a los que vendrán (159). ¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo? Cuando nos interrogamos por el mundo que queremos dejar, entendemos sobre todo su orientación general, su sentido, sus valores. Si no está latiendo esta pregunta de fondo, no creo que nuestras preocupaciones ecológicas puedan lograr efectos importantes. Pero si esta pregunta se plantea con valentía, nos lleva inexorablemente a otros cuestionamientos muy directos: ¿Para qué pasamos por este mundo? ¿para qué vinimos a esta vida? ¿para qué trabajamos y luchamos? ¿para qué nos necesita esta tierra? Por eso, ya no basta decir que debemos preocuparnos por las futuras generaciones. Se requiere advertir que lo que está en juego es nuestra propia dignidad. Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá (160). A las próximas generaciones podríamos dejarles demasiados escombros, desiertos y suciedad. El ritmo de consumo, de desperdicio y de alteración del medio ambiente ha superado las posibilidades del planeta, de tal manera que el estilo de vida actual, por ser insostenible, sólo puede terminar en catástrofes, como de hecho ya está ocurriendo periódicamente en diversas regiones. La atenuación de los efectos del actual desequilibrio depende de lo que hagamos ahora mismo, sobre todo si pensamos en la responsabilidad que nos atribuirán los que deberán soportar las peores consecuencias (161). 

Oración de la comunidad

Ave María

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

¡Gracias! 61 personas oraron

1 comentario

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

loader

¡Oración del Rosario!

Me inscribo