Día 9: Intercesores

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Intercesores

Nuestro ángel es nuestro intercesor, abogado, y amigo que continuamente reza presentando nuestras plegarias ante Dios.

Interceder significa rezar a Dios por otras personas. 

Nuestra fe nos enseña que ninguno de nosotros está solo, porque un ángel es llamado para permanecer a su lado durante toda su vida. Desde su comienzo a la muerte, la vida humana está rodeada de la custodia de los ángeles y de su intercesión. – Juan XXIII

Aunque ni la Virgen María, ni los ángeles, ni los santos hacen milagros, es Dios quien por aquella intercesión los concede. 

Sin embargo, la Virgen María, los ángeles y todos los santos viven en la presencia de Dios e interceden continuamente por nosotros, alcanzándonos, cuando así es la voluntad divina, las gracias que les pedimos. 

Y vino otro Ángel que se ubicó junto al altar con un incensario de oro y recibió una gran cantidad de perfumes, para ofrecerlos junto con la oración de todos los santos, sobre el altar de oro que está delante del trono. Y el humo de los perfumes, junto con las oraciones de los santos, subió desde la mano del Ángel hasta la presencia de Dios. – Apocalipsis 8,3-4

Meditación Día 9

Pídele con fe a tu ángel de la guarda que hablé con el ángel de la guarda de la otra personas. Cree que Dios utiliza este medio como forma de armonía entre hermanos. A los seres humanos nos cuesta entendernos entre sí, pero entre ángeles guardianes no les cuesta entenderse.

Los ángeles son unos intercesores activos y muy poderosos ante Dios por todos nosotros en relación únicamente a la salvación de nuestra alma.

Debemos orar frecuente y directamente a Dios; sin embargo, a Dios le agrada que todos intercedamos los unos por otros. Recordemos solicitar la intercesión de los que ya están en el cielo santificados plenamente.

Hermanos, si alguno de ustedes se extravía lejos de la verdad y otro lo hace volver, sepan que el que aparta a un pecador de su mal camino salva un alma de la muerte y hace olvidar muchos pecados. – Santiago 5,19-20

Gracias a Dios tenemos otras presencias, esta vez corporales, que también podemos considerar una forma de ángeles de la custodia. Nuestra familia y nuestros amigos son un regalo con los que compartimos nuestra vida. Para el Papa Francisco “la familia es el lugar de la ternura, un tesoro precioso que hay que proteger y sostener”. La familia vela por cada uno de nosotros como otros Ángeles de la Guarda. Nuestros amigos constituyen otro tesoro en el transcurrir por la vida, son también ángeles custodios, diferentes de los santos seres inmateriales que nos acompañan, que velan por nosotros. – Manuel Enrique Figueroa

No dejemos de dar gracias a Dios cada día por nuestro Ángel de la Guarda, nuestra familia y nuestros amigos, demos gracias por tenerlos.

Oremos

¡Oh ángel custodio! ayúdame a dar gracias al Altísimo por haberse dignado a destinarte para mi guarda.

Te pido que por intercesión de la Virgen María, Dios me conceda un espíritu fervoroso y la perseverancia en mi oración para agradecer a Dios por todos sus dones y gracias, y especialmente el de tenerte por celestial custodio mío. ¡Amén!

Oración de la comunidad

Ángel de mi Guarda

Ángel de mi Guarda, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, hasta que me pongas en paz y alegría, con todos los Santos, Jesús y María. Con tus alas me persigno, y me abrazo a la Cruz. ¡En mi corazón me llevo al Dulcísimo Niño Jesús! ¡Amén!

¡Gracias! 1266 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Novena al Ángel de la Guarda

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