1. "No esperar para servir"

Sebastián Pineda, chileno, de Arica, estudiante de pedagogía básica, nos cuenta de su experiencia de servicio, de cómo encontró su vocación social, y a qué servicio se sentía llamado: la educación. También nos cuenta sobre su vida universitaria y de la importancia que tuvo para él Belén UC, un proyecto pastoral de su universidad.


Habiendo visto la charla, ya nos podemos imaginar que nuestra vocación no llega de un minuto a otro. Es un proceso. Seba se fue a un voluntariado en Inglaterra, así partió su proceso de discernimiento vocacional, pero ¿acaso es necesario irnos a otro país para servir? ¿tengo que esperar hasta que lleguen las vacaciones para irme a trabajos o a misiones? No, podemos servir y hacer grandes cambios desde lo más sencillo, desde lo que somos todos los días.

Tratemos de hacer el siguiente ejercicio: pensemos en cuáles son esos “bichitos” nuestros, de los que habla Seba. ¿Qué es eso que me inquieta, que me impulsa a hacer algo más (talentos, conocimientos, habilidades, gustos, algo que quiero dar a conocer)? No nos conformemos. Esos bichitos son lo que Dios nos pide que hagamos y lo explotemos, y no van a parar de sonar en nuestra cabeza hasta que lo hayamos realizado, porque hay algo grande que Dios nos tiene preparado y todavía no lo hemos hecho. Ahora pensemos ¿cómo puedo concretar o llevar a cabo un plan para resolver esa inquietud? No nos quedemos en nosotros mismos, salgamos lo más posible para poder entregar lo que tenemos. Seguro hay muchas cosas que cada uno tiene para dar, así que pensemos en cómo lo podemos hacer. Por ejemplo, Seba era bueno para la música y además le gustaban los niños, así que puso este talento al servicio de ellos. Y, por último, pensemos ¿qué es lo que me gusta de mí?, ¿cuáles son mis fortalezas? De esta manera aprenderemos a querernos y vamos a poder aportar desde lo que somos realmente y no desde algo que podemos aparentar.

Escribamos nuestras respuestas en un papel y resumámoslo lo más posible. Éstos serán nuestros pilares, de los que se habla en la charla. Ojalá los podamos poner en un lugar en el que los podamos ver para tenerlos presentes día a día, y quizás nos pueda ayudar para orientar nuestra vocación aunque sea un poco y hacer lo que Dios quiere que hagamos.

Oración de la comunidad

Oración por la vocación

Padre Celestial, sé que me amas. Confío en que tienes una vocación especial para mi vida que conducirá a mi santidad, mi felicidad y la salvación de las almas. Enséñame cómo hablar contigo y escucharte, para que en el silencio de la oración puedas abrir mi corazón para conocer y seguir este plan. Por favor, coloca personas santas en mi camino para ayudarme a conocerte, amarte y servirte, para que pueda convertirme en un testigo efectivo de Tu amor en el mundo. Amen.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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El plan de Dios en cada uno de nosotros

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