Merced
Extracto
Bajé los ojos sin esfuerzo y vi a María que me miraba con amor. Se la veía emocionada, y parecía sospechar la merced que la Santísima Virgen me había concedido... Precisamente a ella y a sus súplicas fervientes debía yo la gracia de las sonrisa de la Reina de los cielos. Al ver mi mirada fija en la Santísima Virgen, pensó: «¡Teresa está curada!» Sí, la florecita iba a renacer a la vida. El rayo luminoso que la había reanimado no iba ya a interrumpir sus favores. No actuó de golpe, sino que lentamente, suavemente fue levantando a su flor y la fortaleció de tal suerte, que cinco años más tarde abría sus pétalos en la montaña del Carmelo.
Manuscrito A Folio 30 v
Intención de Oración
Sólo por hoy, con la intercesión de Santa Teresita, tengamos fe y recemos con fervor, el Señor nunca nos abandona
Nunca te dejaré, jamás te abandonaré. Hebreos 13:5
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6