Evangelio según San Lucas 6,1-5.

Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían.
Algunos fariseos les dijeron: "¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?".
Jesús les respondió: "¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre,
cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?".
Después les dijo: "El hijo del hombre es dueño del sábado".

Comentario del Evangelio

Homilía atribuida a San Macario de Egipto (¿-390), monje
Homilías espirituales, nº 35

En la Ley dada por Moisés, que era tan sólo una sombra de lo que había de venir (Col 2,17), Dios daba a todos la orden de descansar y no hacer ningún trabajo en día de sábado. Pero ello no era más que un símbolo y una sombra del verdadero sábado, lo cual se concedió al alma del Señor... En efecto, el Señor llama al hombre al descanso diciéndole: «Venid todos los que estáis cansados y agobiados que yo os haré descansar (Mt 11,28). Y a todas las almas que confían en él y se le acercan les da el descanso liberándolas de los pensamientos penosos, agobiantes e impuros. Entonces estas dejan completamente de darse al mal y celebran un auténtico sábado, delicioso y santo, una fiesta del Espíritu, con un gozo y alegría inexpresables. Dan a Dios un culto puro, agradable y que procede de un corazón puro. Éste es el sábado verdadero y santo.

También nosotros pues, supliquemos a Dios que nos haga entrar en este descanso, que nos veamos libres de pensamientos vergonzosos, malos y vanos, a fin que podamos servir a Dios con corazón puro y celebrar la fiesta del Espíritu Santo. Dichosos los que entran en este descanso.


    

Oración de la comunidad

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

¡Gracias! 171 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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