DÍA 2: LA ALEGRÍA DE LA FE EN EL SUFRIMIENTO

El Padre Kolbe oraba con frecuencia, oraciones cortas delante del Santísimo Sacramento, para confiar las intenciones de nuestros lectores y donantes. La intensidad de su recuerdo nos impresionó. Era un hombre entre los hombres, era alegre, le gustaba contar chistes, hacer reír a los enfermos en la enfermería para relajarlos. - Hermanos que vivieron con San Maximiliano Kolbe citados en la revista Lourdes, julio de 2001

Extracto de la vida de San Maximiliano Kolbe

Septiembre de 1939: La guerra cae sobre el país. San Maximiliano se entrega al apostolado con más celo que nunca. "Si el bien consiste en el amor de Dios y todo lo que brota del amor, el mal, en su esencia, es una negación del amor", se lee en la publicación de su último artículo. Ese es el verdadero conflicto. En lo profundo de cada alma, hay estos dos adversarios: el bien y el mal, el amor y el pecado. San Agustín expresó este conflicto en estos términos: " Dos amores fundaron dos ciudades, es a saber: la terrena el amor propio hasta llegar a menospreciar a Dios, la celestial el amor a Dios hasta llegar al desprecio del sí propio” (Ciudad de Dios, XIV, 28).

El 17 de febrero de 1941, agentes de policía de la Gestapo se apoderaron del Padre y otros cuatro hermanos, a quienes llevaron por primera vez a la prisión de Pawiak en Varsovia. El Padre es golpeado violentamente como religioso y sacerdote. Escribió a sus hijos que habían permanecido en Niepokalanow: "La Madre Inmaculada, muy amorosa, siempre nos ha rodeado de ternura y siempre nos dejará ser guiados por ella, cada vez más perfectamente donde ella quiera y lo que sea su buen placer, para que, cumpliendo nuestros deberes hasta el fin, podamos, por amor, salvar todas las almas." Unos días más tarde, el padre Kolbe fue trasladado al campo de Auschwitz.

Meditación

Cada experiencia, que nos pone en contacto con él, nos confirma lo absurdo que es el mal. Como dice San Maximiliano Kolbe: "El mal, en su esencia, es una negación del amor". Quiero creer que este absurdo que sentimos, Dios, Amor, Bueno, Misterio, también lo "resiente". Frente a esto no da una explicación, se encarna a sí mismo y en la cruz el Misterio toma sobre sí lo absurdo y, en la Resurrección, lo llena de Su Presencia.

En La noche, Elie Wiesel relata:

"Una noche, cuando acabamos de regresar del trabajo, vimos tres horcas erigidas en el lugar de la apelación, tres cuervos negros. Las SS que nos rodean, las ametralladoras apuntaban. Tres convictos encadenados y entre ellos, el pequeño "Pipel", el ángel con ojos tristes. Un niño con la cara engreída. No puedo creer lo que ocurre en este campamento. [...]

¿Dónde está el buen Dios, dónde está?", Preguntó alguien detrás de mí. En una señal que efectúa el líder del campamento las tres sillas se volcaron ... Los dos adultos ya no vivían. Pero la tercera cuerda no era inmóvil: niño al ser muy ligero todavía estaba vivo. Más de media hora, permaneció para agonizar ante nuestros ojos...

Detrás de mí, escuché al mismo hombre preguntar: ¿Dónde está tu Dios? Y sentí una voz en mí que respondió:

¿Dónde está? Aquí está - él está colgado aquí en esta horca... »


Desde el Gólgota, Cristo se hace uno con cada hombre que sufre, como lo hace con este niño. Al tocar este misterio, no elimina el sufrimiento, puede convertirse en un lugar de oración y participación en la redención de cada uno. Podemos, como san Maximiliano Kolbe, consolar a los que sufren y ofrecer nuestros propios sufrimientos por la salvación del mundo.



Oración de la comunidad

Oración de consagración de San Maximiliano Kolbe

Oh, Inmaculada, Reina del cielo y de la tierra, refugio de los pecadores y Madre nuestra amorosísima, a quien Dios quiso confiar la entera economía de la misericordia: yo, indigno pecador, me postro a tus pies suplicándote humildemente que aceptes todo mi ser como cosa y propiedad tuya, y hagas lo que desees de todas las facultades de mi alma y de mi cuerpo, de toda mi vida, muerte y eternidad. Dispón, si quieres, de todo mi ser sin ninguna reserva, para que se cumpla lo que fue dicho de ti: “Ella te aplastará la cabeza”, así como: “Tú sola has destruido todas las herejías en el mundo entero”, a fin de que en tus manos inmaculadas y misericordiosísimas yo llegue a ser un instrumento útil para introducir y aumentar tu gloria en tantas almas extraviadas e indiferentes y difundir así todo lo posible el bendito reino del Santísimo Corazón de Jesús. Concédeme alabarte, oh, Virgen Santísima. Dame fuerza contra tus enemigos.

¡Gracias! 98 personas oraron

2 comentarios

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Novena a San Maximiliano Kolbe, mártir de la caridad.

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