Evangelio según San Mateo 12,38-42.

Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: "Maestro, queremos que nos hagas ver un signo".
El les respondió: "Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás.
Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches.
El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás.
El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón."

Comentario del Evangelio

San Claudio de la Colombière (1641-1682), jesuita
Reflexiones cristianas (Écrits spirituels, Christus n° 9, DDB, 1982), trad. sc©evangelizo.org

A los malos cristianos les falta fe y no lo niegan, sino que pretenden excusarse acerca de su insuficiencia para creer. Por eso es frecuente este discurso en su boca: “Si yo hubiera visto un milagro, sería un santo”. “¡Esta generación malvada y adúltera reclama un signo!” (Mt 12,39), los impíos buscan milagros.

Lo más extraño es que aunque hayan visto varios milagros, que se hacen ante sus ojos cada día, que estén rodeados de ellos, no cesan de buscar más. Como los escribas y fariseos, quisieran ver milagros en el cielo, luego de haberlos visto en la tierra. Pero ni los muertos que resucitó el Salvador durante su vida, ni el eclipse del sol a su muerte, los hicieron fieles. Su envidia se volvió más fuerte, su odio más envenenado, llegando hasta la furia. Mas su infidelidad no se curó. Así será para los que viven mal, esperando milagros para creer: “Mismo si alguien resucita de entre los muertos, no serán convencidos” (cf. Lc 16,31). (…)

Todas las dificultades que detienen a los incrédulos, las contradicciones que encuentran en los dogmas de fe, lo que hayan como contrariedades, todo lo que les parece nuevo, sorprendente, contrario al sentido común o a la razón, inconcebible, imposible, todos sus argumentos y pretendidas demostraciones, todo eso está lejos de quebrarme. Me afirma más, me vuelve inquebrantable en mi religión. (…) Las nuevas dudas son para mí nuevas razones para creer.


    

Oración de la comunidad

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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