Día 4: dueña y dispensadora de las Gracias de Dios

¡Iniciemos nuestro tiempo de oración!


✔️Primero reza la oración para el Cuarto Día

¡Oh, Madre del Perpetuo Socorro! Dios te ha constituido como esperanza de los pecadores, pues después de haber creado la tierra, Dios hizo dos grandes luces: la luz mayor, el sol para que presidiera al día y la luz menor, la luna para presidir la noche. [...] 


✔️Luego reza:

- Tres (3) « Avemarías » en honor de la Virgen

- Dos (2) « Glorias » en honor de San Alfonso María de Ligorio


Meditemos juntos:

"El sol figura de Jesucristo, y la luna figura de María, que ilumina a los pecadores, que viven en la noche del pecado.”

"Todo lo bueno que de Dios recibimos, lo recibimos por la intercesión de María."   

– San Alfonso María de Ligorio 


Tú eres por disposición divina, Dueña de todos los bienes de Dios y Dispensadora de todas Sus gracias.

La Iglesia te llama Madre de la Divina Gracia y te proclama  Madre de Jesús, que es la Gracia y Vida del mundo… Cuando te dice Auxilio de los cristianos, confiesa que eres amparo del pueblo cristiano en los momentos más angustiosos de su historia.

Al llamarte Madre del Perpetuo Socorro, reconocemos y confesamos que eres la Depositaria de todos los bienes de Dios. No lo pudieras ser si Tu Misericordia y Tu Poder no abarcaran todos los momentos de todos los hombres hasta el fin del mundo.

Si acudo a los Santos, ellos tienen que acudir a tu Poder Omnipotente, si acudo a Jesús, Jesús me envía a Ti, porque Él mismo te ha constituido Dispensadora de todos Sus bienes…



✔️Termina rezando estas cortas  invocaciones: 

-"Nuestra Señora del Perpetuo Socorro ¡ruega por mí!"

-"Adorado San Alfonso, inspírame el recurrir a María ¡en todas mis necesidades!"

Oración de la comunidad

Oración a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

¡Santísima Virgen María, que para inspirarme confianza te has querido llamar Madre del Perpetuo Socorro! Te suplico me protejas en todo tiempo y en todo lugar; en mis tentaciones, después de mis caídas, en mis dificultades, en todas las miserias de la vida y, sobre todo, en el trance de la muerte. ¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Bendíceme y ruega a Jesús por mí ahora y en la hora de mi muerte. ¡Amén!

¡Gracias! 422 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Novena- Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

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