Venid a mí.
DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO
EVANGELIO
Mt 11, 25-30
Soy manso y humilde de corazón
✠
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Palabra del Señor.
Reflexión y ayuda a la oración:
La respuesta “automática” al saludo ¿cómo estás? Es, ¡Bien! Pero a veces es solo una fachada que no consigue tapar la realidad personal, familiar o social, pues en ocasiones nuestra vida, es muy diferente, a esa respuesta que damos. Jesús nos invita a abrir los ojos a nuestra realidad y a asumir que hay partes de nuestra vida que no son brillantes, ni están llenas de luz. Y así, reconociendo que nos sentimos cansados, que a veces no terminamos de encontrar sentido a este mundo, que nos quedamos cortos de esperanza y largos de tristeza, estamos invitados a acercarnos a Jesús. Pues su “yugo es llevadero” y su “carga, ligera”. Ése es el Evangelio que se ha revelado a la gente sencilla, a los que son capaces de abrir su corazón, y reconocer que, al final, dependemos de Él, de Dios, porque sólo de Él nos puede llegar la verdadera paz, el auténtico consuelo, el seguro descanso. Si fuera el Señor quien te preguntara hoy ¿cómo estás?… cual sería tu respuesta?
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6