Día 3: El Padre Pío y la Confesión

El Padre Pío y la Confesión

El Padre Pío  se levantaba a las 2:30 a.m. para hacer sus oraciones y preparar la misa. Entre misa y confesiones, trabajaba alrededor de 19 horas. 

«Si puedes hablar al Señor en la oración, háblale, ofrécele tu alabanza; si por mucho cansancio no puedes hablar [...] Detenté en la habitación como los servidores en la corte y hazle reverencia. El te verá, le gustará tu presencia, favorecerá tu silencio y en otro momento encontrarás consuelo cuando él te tome de la mano.» – Padre Pío de Pietrelcina

Confesar era su principal vocación. Cuando veía sinceridad en el penitente, se mostraba bondadoso, con tal benevolencia que dilataba el corazón dal decir «Ve en paz, Jesús te ha puesto a prueba y te bendice.» 

Si posaba su mano estigmatizada sobre sus penitentes para bendecirlos, la emoción de la gente se manifestaba con lágrimas. Es como si Cristo, vuelto a este mundo, les manifestara su presencia. 

Meditación del tercer día

El Padre Pío nos invita a detestar nuestras faltas. Sus palabras revelan una profunda sabiduría cristiana y la Santidad fundamental de un hombre que vive en la tierra con la vida del cielo.

«Se busca a Dios en los libros, pero se lo encuentra en la oración. Si hoy no se cree, se debe a la falta de oración. Entre más oremos, más aumentamos nuestra fe encontramos a Dios.» – Padre Pío de Pietrelcina

Oración para después de la Confesión

Quédate conmigo, Señor, porque es necesario que
estés presente para que yo no te olvide. Ya sabes lo fácil que te abandono.

Quédate conmigo, Señor, porque soy débil
y necesito tu fuerza para no caer tan a menudo.

Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi vida,
y sin ti, no tengo fervor.

Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi luz,
y sin ti, estoy en tinieblas.

Quédate conmigo, Señor, para que yo pueda escuchar tu voz
y seguirte.

Quédate conmigo, Señor, porque deseo amarte
mucho y estar siempre en tu compañía.

Quédate conmigo, Señor, porque por pobre que sea mi alma
quiero que sea un lugar de consuelo para Ti, un nido de amor.

San Pío de Pietrelcina, - para después de la Confesión


Oración de la comunidad

Oración al Padre Pío

Bienaventurado Padre Pío, testigo de fe y de amor. Admiramos tu vida como fraile, como sacerdote y como fiel testigo de Cristo. El dolor marcó tu vida y por eso te llamamos "Un crucificado sin Cruz". El amor te hizo entender a los enfermos, a atraer a los pecadores, a vivir profundamente el misterio de la Eucaristía y del perdón. Fuiste un poderoso intercesor ante Dios en tu vida, y ahora en el cielo continuas haciendo el bien e intercediendo por nosotros. Queremos contar con tu ayuda. Ruega por nosotros. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. ¡Amén!

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Novena al Padre Pío de Pietrelcina

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