Lo sagrado y lo femenino
Por: Antonia Prunés
EL SIGNO DE MARÍA : LA NUEVA MUJER
Es necesario contemplar la revelación del verdadero rostro femenino que tiene su imagen mas sublime en María como modelo de la plenitud del ser humano. Ella nos revela con especial intensidad qué quiso Dios al crear a la mujer, cuál es su grandeza y que es lo que define su identidad.
Nos dice san Juan Pablo II que ”En María Eva vuelve a descubrir cual es la verdadera dignidad de la mujer, de su humanidad femenina. Y este descubrimiento debe llegar constantemente al corazón de cada mujer, para dar forma a su propia vocación y a su vida”. Pero esto exige el redescubrimiento de la figura de María, en sus rasgos más profundos y en su adecuación a la nueva posición y mentalidad de la mujer contemporánea”. Añade el Papa que "La delicadeza plenamente solícita, plenamente femenina y materna de María ha de ser el espejo ideal de toda auténtica femineidad y maternidad".
¿Pero cómo imitar a la Madre de Dios?
Nos dice el P. Caussade en El Abandono a la Providencia Divina que "en la vida particular tanto de María como de José hay más amor que grandeza" por lo que su vida fue parecida a la nuestra, llena de sencillez, amor y fe", una existencia simple y corriente, al menos exteriormente. La Madre de Dios hace y sufre lo mismo que hacen y sufren las personas de su estado" en cada momento.
El P. Grou en su "Manual de las Almas Interiores" nos indica que donde podemos imitar a María es en su ser interno, o sea, en el sentimiento bajo que tenía de sí misma, su amor a la pobreza, al silencio, al retiro, de su atractivo por las cosas pequeñas, de su fidelidad a la gracia, de la sencillez de su recogimiento y oración, que no tenían más objeto que hacer la voluntad de Dios y su amor a Jesús".
El Papa Francisco nos ayuda asimismo en nuestro camino y nos da unas claves de por qué debemos parecernos a María:
- Un cristiano sin la Virgen está huérfano ya que Jesús en la cruz nos la dio por madre.
- Nos ayuda a crecer humanamente y en la fe, a ser fuertes y a no ceder a la tentación de ser hombres y cristianos.
- María nos da la salud, es nuestra salud.
- Es la mamá que cuida de los hijos para que crezcan más y más, crezcan fuertes, capaces de asumir responsabilidades.
- María lucha con nosotros, sostiene a los cristianos en el combate contra las fuerzas del mal.
- María es la buena mamá; una buena mamá no sólo acompaña a los niños en el crecimiento, sin evitar los problemas, los desafíos de la vida, una buena mamá ayuda también a tomar las decisiones definitivas con libertad.
Tenemos en María Santísima todo lo que necesitamos para vivir nuestra femineidad plenamente y ser santas. Estemos siempre a su lado, que Ella nos encaminara a Jesús.
¡Gracias! 21 personas oraron
"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6