Santa patrona
Extracto
Después toda la familia iba a misa. Durante todo el camino, y también en la iglesia, la reinecita de papá le daba la mano. Su sitio estaba junto al de él, y cuando teníamos que sentarnos para el sermón, había que encontrar también dos sillas, una junto a otra. Esto no resultaba muy difícil, pues todo el mundo parecía encontrar tan entrañable el ver a un anciano tan venerable con una hija tan pequeña, que la gente se apresuraba a cedernos el asiento. Mi tío, que ocupaba los bancos de los mayordomos, gozaba al vernos llegar y decía que yo era su rayito de sol...
No me preocupaba lo más mínimo que me mirasen. Escuchaba con mucha atención los sermones, aunque no entendía casi nada. El primero que entendí, y que me impresionó profundamente, fue uno sobre la pasión, predicado por el Sr. Ducellier, y después entendí ya todos los demás. Cuando el predicador hablaba de santa Teresa, papá se inclinaba y me decía muy bajito: «Escucha bien, reinecita, que está hablando de tu santa patrona».
Manuscrito A Folio 17 v
Intención de oración
Sólo por hoy, con la intercesión de Santa Teresita, recemos con nuestro santo patrono
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6