7 claves para pasar del enamoramiento al amor.
Celebra San Valentin como Dios lo pensó.
Este 14 de febrero, muchas personas celebran el día de los enamorados, el día de San Valentín.
Qué mejor manera que recibirlo se esté solo o en pareja con las 7 claves para pasar del enamoramiento al amor. ¡Qué gran regalo para cada uno!
Qué maravilla ha entregado el Señor a los esposos. Él nos da la posibilidad de que nuestro
amor sea imagen de Su Amor. ¡Alucinante!.
No somos nosotros sino Dios, el que lo hace posible. Él solo nos pide "querer querer",
confiar en Su Palabra y poner un poco de nuestra voluntad.
Al principio de nuestra relación confiamos a nuestros sentidos la certeza de que estamos
enamorados. En esos momentos, la experiencia sensible es el indicador de nuestro amor.
Pero al mismo tiempo, el límite de nuestra humanidad hace que cada vez haya que hacer
más esfuerzos para que ese sentimiento tenga la misma intensidad. Si la intensidad de
nuestro sentimiento disminuye con el tiempo o por otros motivos nos asaltan las dudas y la
preocupación por la salud de nuestro amor.
El día de los enamorados a veces es como un examen, el termómetro para saber a qué
nivel podemos recuperar ese sentimiento si ponemos las condiciones adecuadas.
Queremos confirmar que son las circunstancias de la vida las que a diario nos impiden vivir
el amor como en su inicio, con la frescura y la pasión de los primeros años. Cuando
comprobamos que el sentimiento va perdiendo intensidad corremos el riesgo de perder la
ilusión.
En nosotros hay un deseo inscrito por Dios, el deseo de comunión, por ello no dejamos de
buscar la plenitud. La dimensión sensible es solo la punta del iceberg de algo maravilloso a
lo que estamos llamados todos los esposos. Por eso nunca puede ser suficiente. Nuestros
sentidos no pueden saciar ese deseo que Dios ha inscrito en nosotros y que no paramos de
buscar para alcanzar esa plenitud.
En el día de los enamorados damos gracias a Dios que ha elegido a nuestro esposo/a para
este camino. Celebremos que estamos llamados a algo grande. Que somos elegidos para
representar el amor de Dios entre nosotros, luz para nuestros hijos, nuestros vecinos, para
el mundo.¡Que brille el amor de Dios entre nosotros!
Aterrizado en nuestra vida, es Cristo quién sale al encuentro de nuestra falta de paciencia,
nuestro egoísmo. Es Cristo el que acoge las heridas de mi esposo/a y las sana con ternura.
Esta es la verdad que nos hace libres, libres de nuestro "Yo" que reclama para sí toda la
atención, y que cada vez necesita más y más.
El día de los enamorados debe ser la gran esperanza de la humanidad. Los cristianos
somos luz para alumbrar a las naciones cuando nuestro amor es imagen del Amor de Dios.
Celebremos que tenemos una unión sagrada.
Para conseguir la Union Conyugal practica estas 7 claves y pasarás del enamoramiento al amor
Primera clave:
Reconocerme como un ser maravilloso que ha hecho Dios, que me ama hasta el extremo y
que me pide que ame también así, porque me hizo a imagen Suya. Naci del Amor para
amar. Para reconocer que mi esposo/a tiene la misma dignidad que yo, porque también
Dios lo ama hasta el extremo.
La dignidad no me la da nadie, ni yo se la doy a nadie. Ya la tenemos por ser hijos de Dios.
Nos viene dada. Nuestra única tarea es no perderla.
Segunda clave:
Tomar conciencia de que sí quiero unirme a alguien por amor, se trata no de compartir mi
vida con esta persona, sino de construir una nueva vida juntos. Distinta a la anterior. Ayuda
mucho dejar de ser ese "yo" individual para crear un "nosotros", configurarnos ambos como
un solo ser, un solo corazón.
Tercera clave:
Abandonar. Ser capaz de dejar nuestros apegos (deporte, cita con amigos/as,
gustos...)para encontrar cómo crear nuestros nuevos hábitos, priorizando aquello que nos
agrada o que no nos agrada, pero fortalece nuestra unión como matrimonio.
Cuarta clave:
Nuestro esposo/a ha sido creado para mí y yo para el/ella. Ocurre que tendemos a amarnos
en respuesta al amor del otro.
Si el otro me ama mucho, me vuelco en la relación. Si el otro parece que me ama menos (
por algún motivo) yo bajo el listón... y se produce el distanciamiento. Algo fundamental para
nuestra relación es amarnos en respuesta al amor que hemos recibido de Dios, en nuestra
creación y redención. Dios nos dice "ama a tu esposo/a como Yo te he llamado a ti. Así que
nos debemos empeñar en amarnos <<a tope>> como Dios nos ama.
Quinta clave:
Amarnos en nuestras diferencias (ocio, educación de los hijos, economía doméstica, el
orden en casa...). Somos distintos. Las diferencias pueden cegarnos y hacernos creer que
no estamos hechos el uno para el otro. Todo lo contrario. Dios nos ha hecho así para que
sea posible nuestra unión, para que hagamos el esfuerzo de salir de mí mismo para entrar
en el otro y enriquecernos con lo que nos puede aportar. Sus carencias me ayudan a crecer
en virtudes y sus virtudes sirven para que yo me deje influir y aprender y crecer juntos. Mi
esposo/a es mi ayuda adecuada.
Somos <<ayuda adecuada>> cuando aprendemos el uno del otro, pero también los somos
cuando soportamos los pecados del otro y le ayudamos a superarlos.
"Dios, qué es todo bondad, no permitiría un mal en mi esposo/a si no fuera porque de ahí él
puede sacar un bien mayor".
Cuando menos se lo merece es cuando más te necesita. Amando como Cristo y con Cristo,
después de la Cruz llega la resurrección del matrimonio.
Sexta clave:
Tener una meta ilusionante entre los dos para tender hacia ella. No dejarnos ir a la deriva.
Apostar firme por nuestra relación.
Nuestro matrimonio es un don de Dios. Un don implica una tarea y nosotros tenemos la
tarea de construirlo, a través de todas las situaciones que nos pasan en el día a día,
gozosas o de cruz.
Séptima clave:
En el matrimonio nos entregamos nuestra intimidad, que es lo más hermoso que podemos
entregarnos, pero a la vez es lo más sensible. Estamos llamados a construir una intimidad
comun. No ocultarnos ante el otro.
Para construir nuestra intimidad necesitamos confiar en el otro. Resulta fundamental educar
nuestra mirada para purificar nuestro corazón. "Dichosos los limpios de corazón, porque
ellos verán a Dios", (verán a Dios en su esposo/a).
Los matrimonios purificamos nuestra mirada a través de la ascética y la mística.
La ascética nos ayuda a fortalecer el alma, haciendo sacrificios por mi esposo, que unidos
al sacrificio de Cristo nos permite colaborar en su redención por existir un sacramento entre
nosotros.
A través de la mística, nos llenamos de la gracia de Dios, que purifica y transforma. Todo
ello lo conseguimos por medio de la Confesión (con la que hacemos limpieza interior para
que entre la luz), la Eucaristía, donde se actualiza la entrega de Cristo Esposo por su
Esposa la Iglesia y es el alimento del matrimonio. Así como a través del sacramento del
Matrimonio. Este es un sacramento vivo que se actualiza en la entrega del uno al otro.
La clave para que funcione nuestro matrimonio es amarnos con el amor de Cristo. Se trata
de amarnos para hacernos uno: yo en él y él en mí, construyendo nuestra intimidad común.
Para conseguirlo ayuda dialogar entre tres. Esto es orar juntos ante el Señor, hablamos con
Dios y nuestro esposo/a nos escucha y otras veces hablamos entre nosotros ante Dios y Él
nos escucha. La llamamos <<oración conyugal>>. En ella compartimos lo bueno y lo malo
desde el respeto y la confianza. Construimos nuestra intimidad común, que nos une,
configurando una sola carne y un solo corazón.
Con estas 7 claves os invitamos a vivir San Valentín todos los días para construir vuestra
unión conyugal y construir un matrimonio como Dios lo pensó.
Juan y Maria José
Proyecto Amor Conyugal
¡Gracias! 40 personas oraron
"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6