"Estad alegres, ustedes que buscan al Señor"

La pascua se vislumbra cada vez más clara en el horizonte y llena de alegría nuestra búsqueda del Señor, que es un elemento esencial del tiempo de cuaresma. Para encontrar a Dios necesitamos acoger a du hijo Jesús. Para ayudar a nuestros hermanos a encontrarlo, Dios nos permite interceder por ellos.

En la primera lectura de hoy estamos ante un suceso difícil en la vida del pueblo de Israel. Estando en el desierto el pueblo se corrompió y empezó a adorar un becerro de oro. Dios manifiesta a Moisés su indignación. ¿Cómo es posible que después de todo lo que han visto y recibido se vuelvan hacia un becerro de oro y le den la espalda a su Dios. 

La reacción de Moisés es impresionante. Nos dice la lectura: "Moisés suplicó al Señor, su Dios: «¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto, con gran poder y mano robusta? ¿Por qué han de decir los egipcios: “Con mala intención los sacó, para hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la superficie de la tierra”? Aleja el incendio de tu ira, arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo. Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo: “Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre”». También Moisés tenía razones para molestarse con el pueblo. Sin embargo, elige el camino de la intercesión y de la paz. Ha ido comprendiendo que Dios es un Dios bueno que cumple sus promesas y en su súplica busca recordarle eso al Señor. 


"Entonces se arrepintió el Señor de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo."
  ¿Podemos imaginar a un Dios que tenga una relación tan personal con su creatura que pueda llevarle a cambiar una decisión? Basta pensar en Jesús en las bodas de Caná para encontrar respuesta. La Madre intercede y el hijo actúa, aún cuando no había llegado su hora. Dios quiere contar con nosotros y la manera en la que le pidamos que interceda por nuestros hermanos será tomada en cuenta. 

En el Evangelio, Jesús nos recuerda una vez más que Él es el enviado del Padre. Vemos lo difícil que resultó a los hombres de su tiempo creer en Él y descubrir el rostro del Padre a través de Él. Así como Moisés, Jesús intercede también por nosotros y apela a la compasión del Padre por sus hijos. ¿encontraremos un mejor defensor?

Claves para el camino: Seguramente descubres en tu vida y en la vida de los que te rodean ciertas incoherencias, debilidades. San Pablo habla de aquellas veces en las que vemos el bien que queremos y hacemos el mal que no queremos. Hay puede ayudarte confiar a Jesús esos momentos de doblez, de fragilidad y presentarle al Padre las tuyas y las de tus hermanos para que las sane y nos mire con compasión.  

¡BUEN CAMINO HACIA LA PASCUA!

Oración de la comunidad

Padre nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

¡Gracias! 185 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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