"Plantarán viñas y comerán los frutos"

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La lecturas del día nos hablan de renovación y de alegría. En la primera lectura el Señor nos habla de "un cielo nuevo y una tierra nueva". En el evangelio, Jesús cura a un joven enfermo anunciando así que los nuevos tiempos están aquí, los tiempos del Espíritu en los que Dios nos renueva y nos enseña a encontrar la vida después de la cruz. 

La primera lectura está llena de expresiones de esperanza. Detengámosnos a leerla: 

"ESTO dice el Señor:
«Mirad: voy a crear un nuevo cielo
y una nueva tierra:
de las cosas pasadas
ni habrá recuerdo ni vendrá pensamiento.
Regocijaos, alegraos por siempre
por lo que voy a crear:
yo creo a Jerusalén “alegría”,
y a su pueblo, “júbilo”.
Me alegraré por Jerusalén
y me regocijaré con mi pueblo,
ya no se oirá en ella ni llanto ni gemido;
ya no habrá allí niño
que dure pocos días,
ni adulto que no colme sus años,
pues será joven quien muera a los cien años,
y quien no los alcance se tendrá por maldito.
Construirán casas y las habitarán,
plantarán viñas y comerán los frutos».

Se trata de una invitación a a la alegría por algo grande que está por venir. Un nuevo cielo y una nueva tierra, una jerusalén alegría, un pueblo júbilo... El Señor se alegrará con ese pueblo y no se oirá ni llanto, ni gemido, no habrá muerte, ni gente sin techo, ni personas con hambre. Esos son los tiempos para los que nos estamos preparando. 

En el Evangelio Jesús hace presente ese tiempo curando a un joven enfermo hijo de un funcionario. Jesús no puede contenerse al dolor de un padre que ha perdido un hijo. Ante su dolor le responde: «Anda, tu hijo vive».

Claves para el camino: Las lecturas de hoy nos invitan a la alegría de la Pascua. Toma un tiempo hoy para orar en las promesas del Señor y para profundizar en su capacidad para dar vida. Pon en sus manos las situaciones de muerte que percibas en ti y en la gente que quieres. Pídele que las renueve y te ayude a descubrir la vida. 

¡BUEN CAMINO HACIA LA PASCUA!   

Oración de la comunidad

Padre nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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