"Escuchad mi voz, Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo"

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Para el día de hoy, te propongo comenzar este rato de oración con el salmo de la Misa de hoy. Es el salmo que llamamos "invitatorio" en la liturgia de las horas y con el que comienza la oración de la Iglesia. Te lo propongo redactado en forma de oración: 

Ojalá escuche hoy tu voz, Señor: «No dejes que endurezca mi corazón» 

Vengo a aclamarte Señor, quiero dar vítores a ti, la roca que me salva. En tu presencia quiero date gracias y aclamarte con cantos

Ojalá escuche hoy tu voz, Señor: «No dejes que endurezca mi corazón» 

Quiero entrar en tu Presencia, postrarme por tierra, bendiciéndote Señor, creador nuestro. Tú eres nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que Tu guías.

Ojalá escuche hoy tu voz, Señor: «No dejes que endurezca mi corazón» 

Ojalá escuche hoy Tu voz: Que no endurezca mi corazón como tu pueblo en Meribá, como tu pueblo el día de Masá en el desierto; cuando nuestros padres te pusieron a prueba y te tentaron Señor, a pesar de haber visto tus obras». 

Ojalá escuche hoy tu voz, Señor: «No dejes que endurezca mi corazón» 

En la primera lectura el profeta Jeremías nos presenta el motivo de esta escucha al Señor: “Escuchad mi voz, Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo. Seguid el camino que os señalo, y todo os irá bien”. Esta certeza es muy potente... Somos propiedad de Dios y Dios también nos pertenece. Podemos recordar la anécdota de Santa Teresa de Ávila a quien un día se encontró con un niño en su convento y el niño le preguntó: ¿Quién eres?, ella le respondió: "Soy Teresa de Jesús, ¿y tú?" y el niño le contestó: "Yo soy Jesús de Teresa". Este Dios es un Dios bueno, que busca llevarnos a la vida en plenitud. Es por ello que el camino que nos señala es un camino hacia la vida a través del cual: "todo irá bien"

Sin embargo, Jeremías nos cuenta que el pueblo no escuchó ni hizo caso. Prefirieron caminar según sus ideas y según la maldad de su corazón. Le dieron la espalda. Dios envió los profetas uno tras otro y no los escucharon. Su respuesta no fue dejar de enviar profetas, sino que nos envió a su Hijo Jesús. El evangelio nos presenta a Jesús expulsando un demonio y liberando a un hombre mudo y le desatora la lengua. A pesar de no ser comprendido, Jesús continúa haciendo el bien. 

Claves para el camino: Toma un tiempo para ver delante de Dios cómo está tu escucha a Él y al camino que te propone. ¿Sientes que tu corazón se ha abierto en esta cuaresma o se ha endurecido? Agradécele por todos los signos de apertura, de escucha, de búsqueda del bien y del amor. Pon en sus manos los momentos de endurecimiento, dureza y rigidez para que transforme tu corazón. Agradécele por ser tu Dios y pídele ser un hijo bien amado, feliz de vivir en su casa.

¡BUEN CAMINO HACIA LA PASCUA!

Oración de la comunidad

Padre nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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