La zarza ardía sin consumirse

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La primera lectura de hoy nos pone ante el episodio de Moisés y la zarza ardiente. Momento clave en la historia de Israel y su liberación...


Moisés era un pastor. Llevaba a sus ovejas através del desierto y llegó al Horeb, al monte de Dios. El ángel del Señor se le aparee en una llamarada entre zarzas. Moisés se siente atraído por el espectáculo. Ve las llamas y el fuego, la zarza no se consume. Quería acercarse para ver el espectáculo. Sólo Dios es capaz de quemar sin consumir... 

y escucho una voz: "Moisés, Moisés"...

Moisés respondió: "Aquí estoy".

Dios le pide que se quite las sandalias porque está pisando suelo sagrado y se manifiesta a él como el Dios de sus padres, de Abrahán, de Isaac y de Jacob.  

Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios. 

El hombre del antiguo testamento es muy respetuoso ante de Dios, no puede mirarlo directamente, ni nombrarlo... Por eso Moisés se tapa la cara, por eso al inicio se nos habla de un ángel del Señor y no todavía del Señor mismo.  

Pero en este pasaje, ese Dios se hace cercano. Le dice a Moisés que se acerque, que se quite las sandalias porque pisa terreno sagrado, pero que se acerque. Y Dios le revela que ve la opresión que vive su pueblo y que no le es indiferente: «He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos". Se muestra como un Dios que está cerca de su gente, que los ama, que quiere protegerlos y acompañarlos en sus luchas. 

Ante lo que ve, Dios hace una gran promesa, la promesa que dará origen al éxodo, a los cuarenta años que pasó el pueblo de Israel en el desierto: "Voy a bajar a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra, para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel.» 

Y esta gran promesa, Dios no quiere cumplirla solo y sin intermediarios. Quiere servirse de Moisés, un pobre pastor. Lo hace testigo de Él y lo envía a liberar a su pueblo. Un nuevo enviado de Dios, como Abrahán. como Isaac, como Jacob. Empezará un largo camino para Moisés, este episodio será sin duda fundamental en su vida. Seguramente en los momentos difíciles, volvería a esa zarza que ardía sin consumirse y a esa voz que le mostró su amor y su predilección. 

Claves para el camino: Hoy puede ayudarte tomar un tiempo para recordar esos momentos de "zarza ardiente" en tu vida. Momentos en los que has experimentado una fuerte presencia de Dios que te llama, que te comparte las necesidades de los hombres y te invita a ser parte en la gran cadena de la historia de la salvación. Pídele al Espíritu Santo la gracia para responder como Moisés: "Aquí estoy" 

¡BUEN CAMINO HACIA LA PASCUA!


Oración de la comunidad

Padre nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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