Seguimos con Jesús escuchando el sermón de la montaña. 

Hoy escuchamos la invitación de Jesús a amar a nuestros enemigos y rezar por los que nos persiguen. Con esta frase, Jesús nos invita a un amor muy radical. Este amor sólo es posible gracia a Él. No basta con amar a los que nos aman o saludar a nuestros hermanos. Eso lo hace cualquiera... Se trata de ir más allá. No es sólo resistir ante quién nos hace el mal, sino buscar entrar en una dinámica activa de amor y de oración. 

Esto es lo que propone el sermón de la montaña. Un amor a todos, sin condiciones, que sólo es posible a imagen de nuestro Padre celestial que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. El amor no tiene límites ni hace distinciones y nuestra filiación se construye en estos gestos concretos. 

Es el Espíritu Santo el que puede ayudarnos a entrar en esta dinámica de amor. Gracias a Él podemos decir "Padre" y gracias a Él nuestra vida podrá irse transformando y entrar en esa dinámica de amor hasta el extremo. 

Claves para el camino: Hoy puede ayudarte tomar un tiempo para pensar en el amor del Padre por todos los hombres. Contemplar un lindo paisaje y darte cuenta de que Dios lo ha preparado para todos. Pídele entonces la gracia de entrar en esa corriente de amor incondicional que te permita amar a aquellos que te han herido o hecho daño. 

¡BUEN CAMINO HACIA LA PASCUA!